Alumnos del colegio de Calamocha son profesores por un día en Magisterio en un proyecto experimental de educación y emociones

Alumnos de quinto de Primaria del colegio público Ricardo Mallén de Calamocha se convrtieron un día en maestros. Visitaron el Campus de Teruel y allí explicaron a los estudiantes de Magisterio cómo están aprendiendo a través de las emociones. Esta actividad culmina un proyecto experimental en el que colaboran la Universidad y el Departamento de Educación y que se está aplicando en cuatro centros educativos, el programa Educación Responsable que desarrollan con la Fundación Botín.

La propuesta se desarrolló en el marco de las cuartas jornadas profesionales de Magisterio Amparo Sánchez. Hubo una exposición fotográfica sobre el proyecto que explicarán los propios niños y luego se abrió el debate con los estudiantes del Calamocha y sus profesores y los profesores y alumnos de Magisterio. La cita finalizó con una sesión de juegos colectivos que prepararon los estudiantes de tercero de Magisterio de Primaria.

Lourdes Alcalá, inspectora del Servicio Provincial de Educación en Teruel, explicó que la posibilidad de participar en el programa Educación Responsable surgió porque la Fundación Botín tuvo conocimiento del proyecto Teruel convive y la guía Enseñando con lápiz y corazón que recopilaba diferentes iniciativas desarrolladas en Teruel sobre convivencia y educación emocional y se puso en contacto para ofrecer la posibilidad se sumarse a su programa. 

La experiencia se ha desarrollado este curso en el CEIP Ricardo Mallén de Calamocha, el CRIET de Calamocha, el CRA Alifara de La Fresneda y el colegio concertado La Purísima de Teruel.

Alcalá explicó que Educación Responsable ha ofrecido cuatro líneas diferentes de recursos. Por un lado, los centros educativos han dispuesto de un banco de herramientas audiovisuales y técnicas para promover el desarrollo integral del alumnado, trabajando temas como la autoestima o la gestión de emociones. 

La segunda propuesta se llama Reflejarte en la que se auna arte y emociones. En este caso trabajaron a través de una artista,  la escultora y grabadora Cristina Iglesias, y después hicieron una creación artística.

El tercer proyecto utiliza la literatura con un programa para Infantil y otro para Primaria. Los más pequeños disfrutan con “el mago de las palabras” y los mayores desarrollan su creatividad con la literatura. La última acción es musical con un coro de las emociones.

“Este programa impulsado por la Fundación Botín tiene mucho que ver con la idea nuestra de Teruel convive de trabajar los contenidos curriculares pero a través de la motivación y la empatía con el alumnado”, subrayó Lourdes Alcalá que indicó que además el proyecto ha sido evaluado positivamente por universidades como la de Cantabria.

La inspectora también resaltó de esta experiencia la posibilidad que ha dado de mantener un contacto directo entre los centros educativos y la Universidad, en este caso con los grados de Magisterio y de Psicología.

Para la especialista este tipo de iniciativas contribuyen a prevenir problemas de convivencia en las aulas y genera un mejor clima en las clases que también redunda en el aprendizaje.