Algunos recortadores se lucieron en una tarde animada y un poco accidentada

La plaza de toros de Teruel también participó de la fiesta y del Sermón de las Tortillas, ya que, buena parte de los que estaban por la mañana en el almuerzo matinal y la comida, quisieron participar también de los recortes y de la merienda. La tarde terminó un poco accidentada pues varios revolcones y algún golpe de pronóstico reservado pasaron por la enfermería de la plaza.

Poco a poco se fueron ambientando las gradas y la disco móvil contribuyó a que los jóvenes y alguno más, no tan joven, bailaran al son de la música disco. Antes de entrar, la fila de las taquillas llegaba hasta la avenida de Sagunto, aunque las nubes y algunas gotas de lluvia retrasaron la llegada de público. “El tiempo siempre perjudica, pero a la gente joven no lo frena mucho”, señaló Carlos Sánchez, gerente de la empresa organizadora Patycar.

Salió la primera vaquilla, con fuerza, con varias arrancadas y demasiado ímpetu para dar las primeras carreras, que dio como resultado que no muchos chavales se animaran a saltar y recortar. Faltaba calentar un poco más. De Gúdar-Javalambre llegaron algunos y Mario Abad, de Perales del Alfambra, y sus amigos que iban provistos de todo para pasar una buena tarde. “El embutido está hecho en casa, del cerdo que matamos”, indicó Mario. Las nubes iban y venían, marcaban agua, pero aguantaron.

El tendido ya gozaba de mejor salud y la música también. Sonaba Ixo Rai, cuando salió el cabestro a retirar la vaca, que ya había corrido lo suyo. Y con la entrante, se empezaron a envalentonar más recortadores. Alguno de ellos lo bordó. Después, otros casi novillos contribuyeron al espectáculo, pues envestían bien a las citaciones y quites de los chicos, que poco a poco hicieron más número en la arena, dando color a la fiesta. El objetivo se estaba cumpliendo, pasar una velada divertida. Andrea Maorad y sus amigas Rocio, Nieves y Sandra hicieron doblete y no faltaron a la plaza, como habían prometido, a la hora de la comida en Fuente Cerrada, junto a su nevera con provisiones. “Si me tomo un par de cervezas igual salto”, bromeó Andrea, riéndose.

Las gradas se fueron poblando. “Hemos vendido muchos abonos, que resulta más barato”, corroboró Sánchez ya que hoy continúa la actividad taurina con jóvenes promesas y quebradores.