Alexia Sanz, directora de la Cátedra Térvalis: “Somos ricos porque tenemos territorio y hay que apostar por la Bioeconomía”
La Cátedra va a trabajar en educación, investigación e innovaciónLa Cátedra Térvalis de Bioeconomía y Sociedad de la Universidad de Zaragoza acaba de realizar un curso en la Universidad de Verano de Teruel como una de sus primeras acciones para dar a conocer este nuevo modelo para el desarrollo territorial. Su directora, Alexia Sanz, destaca que se va trabajar en tres líneas fundamentales: la educación, la investigación y la innovación y señala que el carácter interdisciplinar dará valor a este proyecto.
- ¿Cuáles van a ser las líneas en las que van a trabajar desde esta Cátedra?
- En estos meses ha habido una parte de trabajo que es importante que es la de hacer converger a personas que están trabajando o investigando en diferentes disciplinas en líneas que sean compartidas. La Bioeconomía es integradora, es decir, dedicarte a la Bioeconomía supone incorporar a personas que están trabajando en líneas de investigación muy diferentes: hacen falta químicos, economistas, informáticos,... Hay líneas muy interesantes y además es que son necesarias. Hay interdependencia disciplinar que es lo que estamos trabajando en la Cátedra. Estamos diseñando proyectos. Hemos concurrido ya a algunas convocatorias y estamos esperando que nos digan. Nuestras líneas de trabajo son la educación la investigación y la innovación.
- En educación se ha trabajado con el nuevo centro nacional de referencia de FP de San Blas.
- Hemos colaborado con ellos avanzando en temas de educación y formación. La idea es seguir trabajando en educación, creo que hay una parte muy importante que es comunicación y educación. Tenemos planteadas varias actividades para seguir dando a conocer esto y para seguir sensibilizando especialmente a los estudiantes universitarios.
- ¿Y en investigación, cuáles son las propuestas?
- Estamos trabajando en aquellos objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que la Bioeconomía reconoce como tal. En el planteamiento teórico de la Bioeconomía se trabajan once de los ODS. Tenemos un proyecto cuyo objetivo sería poder establecer indicadores de medición del impacto. Lo que queremos es ver si, efectivamente, la Bioeconomía provoca un impacto en el territorio y para ello es necesario desarrollar indicadores de medición. Son cuestiones teóricas y metodológicas pero creo que es necesario. Debemos tener las herramientas para medir si vamos en la dirección adecuada del cambio social o no. Luego tenemos algunos otros proyectos que vinculan educación con innovación, estamos apoyando un TFG y vamos a iniciar una tesis doctoral. Eso es la esencia nuestra como universidad y esa línea también la queremos apoyar.
- La difusión de este modelo también es necesaria.
- Hemos desarrollado un programa también para dar a conocer qué es la Bioeconomía y qué son las empresas bioeconómicas en diferentes facultades de nuestra Universidad y también lo haremos con otras universidades. Fundamentalmente para ver qué interés tienen los estudiantes, qué saben sobre la Bioeconomía y quizá como una fórmula para atraer talento porque va a ser necesaria mano de obra y talento en los entornos rurales si realmente desplegamos empresas bioeconómicas que lógicamente deberán asentarse en territorio rural.
- ¿Con el CPIFP de San Blas se va a continuar colaborando?
- Ya llevamos unos cuantos meses trabajando. La colaboración es estupenda y sí que la colaboración es fundamentalmente educativa pero creo que la Cátedra ahí puede hacer un gran papel. Hemos colaborado en diseñar un proyecto europeo que iba destinado a generar una plataforma on line con un contenido curricular para la formación de estudiantes de FP en Bioeconomía, con el interés de que exista material didáctico, que no existe, para formación en Bioeconomía. Vamos a seguir trabajando con ellos porque al ser un centro de referencia nacional ellos necesitan fundamentalmente textos para su propia formación pero necesitan también apoyo para decirles a otros centros de FP cómo se está trabajando aquí la Bioeconomía. Eso nos posiciona aquí en Teruel muy bien porque no estamos acostumbrados desde la Universidad a trabajar estrechamente con la gente de FP y es una línea muy necesaria de innovación educativa muy vinculada con lo profesional y con lo empresarial.
- ¿Cuáles son los objetivos de esta línea de acción?
- Esta es una cátedra de Bioeconomía pero de Sociedad. Los impactos del emprendimiento en Bioeconomía no se van a ver mañana, habrá que ir midiéndolos conforme avance el tiempo y uno de los impactos es en educación y es por donde hemos empezado con actividades de divulgación y de educación. Si estamos hablando de grandes retos, debemos hablar también de la práctica cotidiana que es que hay que decirle a los chicos ya qué es una práctica sostenible, cómo montar un negocio sostenible y además inclusivo, es decir, que esté comprometido social y territorialmente. Creo que eso no solo lo debemos hacer con nuestros titulados de ADE sino también con todos estos chavales que están saliendo de FP que será realmente la gente que en breve se va a dedicar a la gestión forestal, a la gestión ambiental y quién sabe: a la conformación de empresas con ese perfil vinculado con la Bioeconomía y con la Economía circular.
- Al final Teruel se va a convertir en un referente en este ámbito con una Cátedra y un centro nacional en FP.
- Aquí se han aliado y por lo tanto hay que aprovechar el momento, intereses de la propia Universidad de desarrollar este tipo de líneas de investigación, se ha sumado el interés empresarial que existe en esta línea, se están sumando las estrategias y políticas autonómicas, nacionales y europeas. Esto es clave. Cuando una estrategia europea y una estrategia nacional están marcando las directrices para la inversión en investigación pues ahí hay un elemento muy interesante que actúa como elemento motivador para despertar o impulsar este tipo de acciones. Entonces por un lado está Administración, por otro Empresa, por otro Universidad y Sociedad Civil, y el entorno natural estamos ante lo que ya se ha llamado la quíntuple hélice, donde el elemento central desde luego es el territorio. Debemos hacer que el territorio utilice de mejor manera sus recursos que tenemos muchísimos.
- ¿Qué oportunidades se abren con la Bioeconomía?
- Normalmente siempre hablamos de densidad demográfica y hablamos en el sentido negativo. Tenemos la densidad demográfica más baja de España. Bueno, pues invirtamos nuestro discurso. Imagínate que hablamos de densidad de territorio, es decir, la densidad la medimos en habitante por hectárea, invirtámosolo, midamos hectárea por habitante: a un madrileño le corresponde 0,12 hectáreas de su provincia, a un turolense le corresponden 110 hectáreas. Qué significa, que somos ricos porque tenemos territorio. Tenemos suelo con muchísimos recursos biológicos que eso es un valor inmenso, tenemos sol y tenemos muchos productos y subproductos que se pueden generar de este agua, de este sol y de este suelo que son los tres ingredientes básicos. A partir de ahí, debemos creernos que efectivamente que con esa interdependencia y convergencia industrial creo que efectivamente es el contexto idóneo para que haya una apuesta por la Bioeconomía, por la Economía circular, la Economía verde... da igual cómo le llamemos. Lo cierto es que ahí hay un necesario aprovechamiento de recursos biológicos y los deshechos que generamos que nos puede dar una oportunidad.
- ¿Puede ser una fórmula para luchar contra la despoblación?
- Creo que sí. La Bioeconomía como modelo económico reúne todos esos ingredientes de los que hablamos cuando hacemos el diagnóstico de lo que le pasa a nuestro territorio. Pero no solo a nuestro territorio sino a todos los territorios despoblados de Europa. Que la Comisión Europea esté poniendo tanto interés en invertir precisamente en desarrollo en estas líneas es porque hay una tendencia clara que es a la urbanización del planeta. Hay un 45% de población en el entorno rural pero para el 2030 se prevé que sea un 32%. Hay países que tiene cifras bajísimas de población rural, por ejemplo, Argentina tiene un 8%, España tiene un 20%. Con esas cifras hay que preguntarse qué va a pasar con el territorio. El territorio hay que cuidarlo y es riqueza. Posiblemente hay que cambiar un poco la mentalidad, pensar que este territorio puede dar respuesta a muchos problemas globales porque dentro de poco tendremos problemas de agua, de suelo por habitante y me refiero a nivel mundial. Tenemos un entorno que puede dar respuesta no solo a nuestro propio entorno sino a los grandes problemas planetarios de crecimiento de la población y de población más envejecida. En 20 años vamos a necesitar un incremento del 50% de alimentos y un incremento del 45% en energía. Alimentos y energía están en el territorio y debemos pensar que efectivamente tenemos una puerta abierta. Talento no nos falta y posiblemente lo que nos falta son personas que vean que efectivamente aquí hay una oportunidad. Como esos recursos biológicos no se pueden deslocalizar, hay que hacer la apuesta por lo que tenemos aquí y no se puede llevar fuera.
- ¿Cómo se puede conseguir que se invierta en esto?
- Toda la industria de transformación de estos recursos debería implantarse aquí. Lógicamente hace falta una inversión empresarial por eso ese elemento de compromiso social y con el territorio es importante. Hay un elemento que es importante que es el arraigo. La mayor parte de la gente que invierte con compromiso social y territorial en la provincia tiene algún vínculo con la provincia. Si esa es la vía pues estupendo, sería interesante también que hubiese otro tipo de inversiones que permitiesen conformar núcleos, que pudiesen establecer sinergias y ahí la sinergia es entre centros de investigación, Universidad, empresarios sociedad civil y Administración.
- Y ahí la Cátedra puede jugar un gran papel.
- Claro. La Cátedra es un elemento de intermediación es un interlocutor muy válido para el establecimiento de esas redes. Por eso en estos meses hemos hecho una tarea muy callada pero que es imprescindible que es acercarnos a los diferentes agentes. Vamos a seguir trabajando porque lo que estamos detectando es que la gente tiene interés por saber qué es la Bioeconomía y tiene interés en ver cuáles son los desarrollos industriales. Por eso hemos empezado con este curso: cómo se puede plantear una empresa bioeconómica en este territorio. También cómo puedo impactar más y mejor de manera más sostenible, de manera más comprometida en el sentido de inclusión y de manera más eficiente también desde un punto de vista económico. Para nosotros es importante ese programa de dar a conocer qué es esto en otras facultades de entornos más urbanos. Hay que hablar de Bioeconomía como potencialidad de los territorios rurales en entornos urbanos que es donde se encuentran los grandes centros de investigación, donde se toman las grandes decisiones políticas y al fin y al cabo donde está la mayor parte de la gente que podría plantear una iniciativa empresarial en un territorio como el nuestro.
- ¿Serán centros de Aragón o también de fuera?
- Empezaremos en este curso con la Universidad de Zaragoza porque hay facultades que tienen que estar implicadas como la de Veterinaria -que tiene Nutrición y Dietética-; la Escuela Universitaria Politécnica de Huesca, que tiene tanta tradición en economía verde; la Facultad de Ciencias, que está Química; la EINA, donde hay una titulación de Ingeniería Química; la Facultad de Economía y Empresa con la que tenemos estrechas relaciones... Y dentro de nuestro campus las sinergias son enormes. En el grupo de trabajo que hemos conformado en la Cátedra hay personas de economía ambiental, personas que están trabajando en psicología de la alimentación o en informática con en bases de datos y en bioinformática. Es un equipo multidisciplinar que por esa característica puede dar respuestas más adaptadas a la realidad, la realidad no está parcelada.