Alcohólicos Anónimos de Teruel tiene a 55 personas en tratamiento en la capital y Sarrión
Recuerda que hay una puerta abierta en Teruel para todas las personas que están sufriendo por esta enfermedadLa ayuda mutua permite a las personas que tienen problemas con la bebida hacer frente a su adicción y retomar las riendas de su vida. Así lo atestiguan cuatro turolenses, dos hombres y dos mujeres, que llevan más de diez años en Alcohólicos Anónimos (AA) y aseguran que no quieren el alcohol en sus vidas y que para seguir así es fundamental acudir todas las semanas a sus reuniones.
En Teruel, se recuperan 55 personas en esta organización. Hay cuatro grupos, tres en la capital y uno en Sarrión, con reuniones cada semana donde cuentan sus experiencias sin juzgar y también uno para familiares que también necesitan ese respaldo.
No dan sus nombres, porque es una de la características de esa asociación, pero sentados alrededor de una mesa relatan sin tapujos a este periódico cómo ha sido su proceso y sobre todo lanzan un mensaje de esperanza y optimismo dirigido especialmente “a quienes estén sufriendo” para que sepan que hay un lugar donde les van a ayudar y que está en Teruel.
Los cuatro coinciden en que, antes de tocar a la puerta de AA, ya sabían que tenían un problema con el alcohol, pero que cuesta reconocerlo y que suelen llegar cuando han “tocado fondo” y en ocasiones después de otros intentos de dejar la bebida que han fracasado. “Hay una doble vergüenza, interna de reconocer que eres incapaz de controlar tu vida y social porque esta enfermedad está asociada a la marginalidad y hay que tener valor para reconocer esto”, comenta uno de ellos que lleva diez años en Alcohólicos Anónimos.
La clave del éxito de esta entidad es que otros alcohólicos como ellos demuestran que es posible superar esta adicción. “Estaba harto de que todo el mundo me diera consejos, no necesitaba eso, en cambio en la reuniones te cuentan experiencias como las tuyas y no te juzgan”, resalta otro de los miembros de la asociación que lleva ya doce años.
“Llegar a una reunión de Alcohólicos Anónimos y ver un montón de gente que sonríe y con ganas de vivir que ha pasado por lo mismo que yo estaba pasando me hizo entender que podía salir del agujero”, relató uno de los miembros de AA.
Otro punto en común es que gracias a esta organización han sido capaces de comprender que tienen una enfermedad que “no se cura” y que no pueden tomarse una cerveza porque entonces vuelven a recaer. De ahí que sepan que cada semana deben acudir a sus reuniones. “Después de 15 años sé que las reuniones todas las semanas forman parte de mi vida y me recuerdan que soy alcohólica y que lo importante es no tomar la primera copa”, señala otra de las integrantes de AA en Teruel.
Solo hay siete mujeres en este grupo de 55 personas, menos del 15 %, tanto ella como su compañera que también lleva 14 años vinculada a AA señalan que en las mujeres está peor visto que en los hombres, muchas beben en casa y les cuesta mucho más pedir ayuda “por vergüenza”.
“Estamos tan a gusto sin beber, vivimos muy bien”, comenta uno de sus compañeros. Un mensaje que también refuerza otra de las integrantes de este grupo que reconoce que creía que no lo conseguiría pero que lo ha hecho y esto le ha permitido “quitar lastre del cuerpo y de la mente”.
Estos cuatro alcohólicos anónimos reivindican su vida y quieren ayudar a los demás. Ellos son ya veteranos, pero en la asociación en Teruel también hay personas que acaban de llegar y les hacen un acompañamiento. El programa tiene doce pasos. “El primer paso es la acogida en la que le explicamos que podemos ayudarle y que hay salida, en la primera reunión le damos la bienvenida y más importante que la primera es la segunda en la que le damos la enhorabuena porque se da el paso de continuar”, explicó uno de los miembros de AA.
También advierten de que el camino no es fácil, sobre todo el primer año y que puede haber recaídas, pero el acompañamiento es las 24 horas del día porque si a la persona le entran ganas de beber puede mandar un mensaje o llamar a un compañero y quedar a tomar un café. Por eso animaron a quienes lo estén pasando mal que den el paso.