Una diligente evacuación evita una tragedia tras derrumbarse un edificio de cinco plantas en Teruel
El número 21 de la calle San Francisco se vino abajo cuando todos los vecinos ya estaban fueraEl derrumbe de un edificio de viviendas en la calle San Francisco de Teruel, el número 21, provocó que decenas de familias fueran desalojadas este martes de sus viviendas y 45 personas se quedaran sin casa en apenas unos segundos, los que duró el colapso de un inmueble de 49 años que en las últimas semanas estaba afectado por filtraciones, que habían sido denunciadas por los vecinos. Muchos de ellos se encontraban en sus viviendas, cuando les avisaron que debían desalojar. Uno de ellos había dado la voz de alarma y cuando llegaron policía, bomberos y técnicos municipales decisión fue firme, había que desalojar. Afortunadamente, la rápida actuación hizo que el derrumbe, que se produjo a las 11:25, no se llevara por delante la vida de ningún vecino. No se produjeron daños personales y es de lo que todos se alegraban.
También se desalojaron en primera instancia los edificios colindantes, los correspondientes a los números 19 y 23, así como la sede provincial del Departamento de Medio Ambiente, donde trabajan 40 personas. Los vecinos de otros tres edificios tampoco pudieron acceder, salvo a recoger ropa o a las mascotas. Según fuentes del Gobierno de Aragón los números desalojados al final fueron el 13, el 17, el 19, el 23, el 25 y el 27, mientras que no existe el número 15. Las personas que han necesitado ser realojadas de los distintos inmuebles afectados asciende a 55.
En la calle se vivieron momentos de gran tensión y emoción conforme iban llegando los vecinos afectados o sus familiares se reunían con los que ha habían sido desalojado del edificio colapsado. La tristeza se mezclaba con la rabia y la indignación pero también se demostró, una vez más, la solidaridad y generosidad de los turolenses, que durante toda la jornada se dirigieron al Ayuntamiento para ofrecer alojamientos y ayuda.
Hasta el lugar de los hechos, acudieron varias ambulancias del 061, los servicios sociales y psicólogos tanto del Ayuntamiento como del Gobierno de Aragón y la Comarca Comunidad de Teruel, de quien también depende la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, que estuvieron colaborando durante toda la jornada.
En un primer momento los afectados fueron conducidos al salón de actos de la sede territorial, donde se les tomaron los datos, y se les trató de calmar. Posteriormente, a los que quisieron se les trasladó en el autobús municipal al centro de día Santa Emerenciana para que pudieran comer y descansar. El Ayuntamiento se ha ocupado de alojar a los vecinos que así lo han solicitado, aunque muchos han preferido irse con sus familiares o amigos. Para ello, se ha contado con unos pisos cedidos por el Obispado, y se ha acudido también a hoteles y apartamentos.
La alcaldesa, Emma Buj, destacó que había recibido ofrecimientos de distintas instituciones, de propietarios de apartamentos turísticos y viviendas particulares, “demostrando una vez más la generosidad de los turolenses”. Este ofrecimiento se hizo también a través de redes sociales, como hizo la Asociación Provincial Teruel Empresarios Turísticos.
Perros
Aunque desde que se desalojó a los vecinos, sobre las 10:35 horas, no se echó en falta a nadie, desde el 112 se activó la unidad canina de los bomberos de la Diputación de Zaragoza, que llegaron sobre las dos de la tarde. En la inspección que se hizo sobre los escombros no se detectó ninguna víctima y a las 16 horas finalizaron su intervención, lo que permitió -tras la intensa tromba de agua- iniciar los trabajos para retirar los escombros de la calle.
Paralelamente, llegaron dos grupos electrógenos de Endesa para tratar de restablecer el servicio eléctrico de la calle. Igualmente, la empresa de aguas llevó a cabo los trabajos necesarios para que se pueda restablecer el servicio de aguas cuanto antes.
En el caso del edificio derrumbado y del número 19, cuya estructura estaba dañada, el Ayuntamiento trabajará para buscarle una solución habitacional. Durante la mañana de ayer ya se habilitó una teléfono de contacto para afectados y también se va a poner a su disposición la Oficina de Vivienda.
La alcaldesa aseguró que les van a acompañar en este proceso y entre las medidas que también se han tomado figura que los escombros de la vivienda que colapsó se van a trasladar a una parcela municipal que está vallada. Allí se van a trasladar para que los afectados busquen pertenencias que puedan recuperar, y como apuntó, pueden tener más un valor sentimental que económico.
Buj señaló también desde el primer momento se ha atendido a las personas que tuvieron que salir con lo puesto y que necesitan sus medicamentos. Se les ha dispensado todo lo que necesitan. Asimismo, se les ha previsto de ropa. Igualmente, se les ayuda en los temas administrativos y se les facilitó los datos de sus viviendas que aparecen en el Registro de la Propiedad.
La concejala de Servicios Sociales, Nuria Tregón, explicó que lo prioritario era saber quien necesitaba alojamiento y agradeció la colaboración de las entidades que estaban colaborando con ellos, así como organizaciones como Cáritas o Cruz Roja.
Causas
Los técnicos municipales tendrán ahora que averiguar las causas del colapso de este edificio. En las últimas semanas los vecinos se habían dirigido al Ayuntamiento para explicar que entraba agua tanto en los garajes del inmueble derruido como en los de al lado y así se constata también en los videos que han grabado los propios vecinos.
El pasado viernes dos vecinos acudieron al Ayuntamiento y se reunieron con el concejal de Infraestructuras, Juan Carlos Cruzado, para exponerle la situación que estaba provocando las filtraciones ya que había mal olor y entraba agua. Durante el fin de semana la empresa concesionaria del servicio de agua trató de localizar el problema y precisamente el martes por la mañana se introdujo una cámara por las tuberías, para lo que fue necesario cortar la calle San Francisco a primera hora.
Indignación
La advertencia previa de los vecinos es lo que ayer más indignaba a los afectados, que sobre todo se preguntaban qué habría ocurrido si el derrumbe hubiera pasado de noche y no se pudiera haber desalojado a tiempo.
En el inmueble, que se construyó hace casi cinco décadas, había familias que llevaban desde que se construyó viviendo en ella. Llegaron como familias jóvenes, han visto crecer a sus hijos, y ahora han visto cómo toda una vida de recuerdos se desmoronaba. María Eugenia Asensio, la hija de una de las afectadas, explicó que su madre había sentido que se bajaba el suelo y el sofá se hundía y que todo había sido “muy rápido”.
“Hace días que salía agua”, comentó Félix Gargallo, otro de los vecinos afectados que ayer recordaba que fueron los segundos en entrar a vivir en esa casa. Su mujer salió corriendo a buscar a su hija, que trabaja en la sede territorial de la DGA, y el propio delegado territorial, Benito Ros, las acompañó a ver qué pasaba y presenciaron cómo se derrumbaba la casa. “No llevamos nada, ni documentación ni nada”, contaba su hija Merche, aún con el susto en el cuerpo.
Patricia es una de las vecinas del número 19. Recordaba que la Policía dio timbrazos para que desalojaran, así lo hicieron y “a los dos minutos se ha caído el edificio a plomo”.
“Hemos visto cómo caía, salía una gran columna de humo y no quiero saber lo que hubiera podido pasar si hubiéramos estado durmiendo, anoche mi vecina estaba recogiendo agua que le salía por la pared que colinda con el edificio que se ha derrumbado”, comentó. “Esto se sabía desde hace tiempo y nadie ha hecho nada”, lamentó Patricia Aldazabal.
La intervención de la policía, los bomberos y los técnicos fue clave para que el desalojo se hiciera tan rápido. El inspector de la Policía Local, Ángel Loras, explicó que todavía estaban dentro del edificio colindante cuando se produjo el colapso. “Cuando estábamos sacando a la última persona de la finca anterior y comprobando que no hubiera nadie se ha producido el colapso, pero antes estábamos oyendo clac, clac, clac”, contó. Lo importante, en ese momento, fue que cuando salieron fuera, “nadie echaba en falta a nadie”.
José Luis Alejos, jefe de intervención de la zona Oeste del Servicio de Bomberos de la DPT, explicó que había entrado la llamada a través del 112 alertando un vecino de que veía grietas y daños estructurales en pilares. Por teléfono le indicaron que evacuara la finca y contactaron con Policía Nacional y Local y con el Ayuntamiento para que viniera un arquitecto para mirar cómo estaba el edificio.
Después de inspeccionar la zona, Alejos apuntó que había que sanear el ático del edificio del número 19 y así se hizo a lo largo de la tarde. Ayudados por una grúa, los bomberos de la DPT retiraron la parte de terraza y aleros afectados, un anexo a la construcción original.