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2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Juan José Marqués, exempresario de la plaza de toros: 2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Juan José Marqués, exempresario de la plaza de toros:
Juan José Marqués recuerda sus años al frente de la empresa de la plaza de toros de Teruel

2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Juan José Marqués, exempresario de la plaza de toros: "Estoy satisfecho de mi aportación a la fiesta de los toros en Teruel"

"La Vaquilla de mi juventud era más ingenúa de lo que es ahora", dice
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F.J.B.

Cuando la plata se hace nieve en las sienes de un hombre, es momento de saborear   la sabiduría amasada en el tiempo que a ese hombre le ha hecho especial. Por eso hablar con Juan José Marqués ahora que ya es un hombre sabio, sabe de forma más intensa que en otras muchas entrevistass vividas por ambos en el pasado.
-Usted ha sido en los toros casi todo menos torero. Empresario, concejal de la plaza, responsable del toro ensogado durante la Vaquilla…
-Hasta torero. Llegué a torear en público una vaca en un festival que organizamos en Teruel. Pero mi camino era otro. Lo que he sentido de verdad es una pasión y una afición desmedida por la fiesta de los toros, algo que en parte ha dado sentido a mi vida además del amor de mi familia y mi trabajo. De hecho estuve catorce años como concejal de la plaza de toros y es la época en la que más obras se hicieron en esa plaza. Y luego súmale trece años como empresa en ese mismo coso. Es mucho tiempo y todo nacía de mi afición.
-¿De qué está más orgulloso de aquellos años como empresario de la plaza? 
-Pues tengo a orgullo haber traido a esta plaza por primera vez una corrida de Miura y otra de Pablo Romero. Nunca en la historia se habían lidiado en Teruel estos toros míticos. Y además vinieron dos corridas de mucha leña y mucho trapío. Y también me siento satisfecho de haber anunciado en Teruel a todas las figuras de aquel tiempo. Todos. Llegamos incluso a traer a Ponce y José Tomás la misma tarde. Y estuvo Joselito, Espartaco, Paco Ojeda… Los más grandes.
-¿Y de todo ese tiempo quedó algo en el tintero, un torero o una ganadería que se quedara fuera de su interés por dar a Teruel un nombre? 
-La verdad es que no. Llegamos incluso a poner el cajón de curas para los toros, se arregló la casa del guarda… todo lo que fuimos proyectando se hizo realidad y ahí queda para el que quiera estudiarlo. La verdad es que me siento satisfecho de mi aportación a la fiesta de los toros aquí en Teruel.
-Supongo que de alguna manera se echa de menos ese tiempo.
-La vida es ir quemando etapas de la forma más digna y honorable posible. No creas que echo de menos todo eso. Ya lo viví entonces y quizá solo sienta cierta nostalgia de poder vivir de forma tan cercana el toro y su mundo. Ahora lo hago como un simple aficionado. Veo toros cuando puedo y leo.
-Y si hablamos de afición, por qué torero ha bebido los vientos.
-Paco Camino fue el torero por el que sentí más pasión. Quizá merece el gran homenaje que la fiesta de los toros casi nunca da a sus grandes ídolos. Debería hacerlo. Luego también seguí mucho a Antonio Ordóñez y ya en mi madurez estuve por Enrique Ponce, un torero largo y genial como pocos.
-Un cartelazo… Por desgracia Ponce, al que le une una relación de amistad, está pasando un mal trance.
-Yo no sé como estarán las cosas. No me meto en lios de esos.
-Y de todos esos años al frente de la plaza, Juanjo Marqués tendrá cientos de anécdotas. ¿Recuerda alguna?
-Muchas, aunque me pillas ahora un poco desmemoriado. Recuerdo una vez como un toro de los de la Vaquilla quedó encajado en uno de los burladeros de hormigón que hay en los corrales. No sé como pudo aquel animal meterse en ese lugar tan complicado. El caso es que tuvimos que llamar a una grúa y con mucha paciencia y suerte lo sacamos de aquella trampa sin que sufriera ninguna lesión. Y también recuerdo un toro sobrero que se nos tiró a Pepe el Conserje y a mi. Llegamos al burladero de los corrales de puro milagro. Se arrancó en una milésima de segundo y no veas el topetazo que dio en las maderas.
-Cambiemos de tercio. Usted ha sido muy vaquillero… Pero mucho mucho.
Si. En mi juventud estuve en la peña Estudtrab con Aspas, Casanova, Alda… Nos metíamos en todos los frascos en una Vaquilla que era más ingenua de lo que es ahora. Corrían los años sesenta. Fíjate que entonces solo se bebía vino en bota y ahora que si gin-tonic, whiskie, calimochos y las historias esas… Además no nos vestíamos de vaquilleros hasta el domingo. Y a mi me gustaba el toro, llevar la soga y también hacer el mono delante. Entonces era joven y la Vaquilla la viví como joven. Luego pasas por otras étapas que son distintas pero que también te llenan.
-¿Qué no le gusta de la Vaquilla de ahora?
-Pues hay algo que me preocupa. Ese afán de quienes vienen solo a pasarlo bien con las muchachas a las que no tienen respeto. Creo que la Vaquilla es mucho más que un simple botellón festivo. Es parte de nuestra tradición que refleja la forma de ser de un pueblo. Me parece que esa forma de entender la relación con las mujeres es sacrilegio.
-Y todo suspendido por el Coronavirus.
-Lo siento mucho pero hay que hacer caso a las autoridades. Además solo faltaba que Teruel saliera en los telediarios por haber sido foco de nuevos contagios. Salimos poco y encima que fuera por una cosa así. 
-¿Cómo ves su futuro? 
-Vendrán más Vaquillas y todo volverá a ser como era. Y si me preguntas por la feria del Ángel y por el toreo solo puedo decirte que mientras exista un chaval valiente que quiera medirse a la bravura de un toro, esto tendrá vigencia.