“Serían las cuatro poco más, el ambiente que flotaba tuvo explosión de adhesión a la República que iba, cual en el resto de España, a proclamarse. El comercio cerró sus puertas y al toque de la “Campana del Ángel” el pueblo acudía a la Plaza de la Libertad, donde se halla el Centro Republicano para unirse a la manifestación que trataba de formarse para llevar a la Casa de la Ciudad la enseña de la República que de hecho estaba proclamada. Con la banda municipal a la cabeza, que dejaba oír la Marsellesa y el Himno de Riego, y los directivos de los partidos republicanos y socialista con sus banderas, la manifestación se puso en marcha entre aclamaciones de entusiasmo a la República y a los capitanes Galán y García Hernández cuyas fotografías iban unidas a las banderas. Por las calles se llegó al Ayuntamiento, colocando en el balcón principal la bandera nacional, morada, amarilla y roja, entre grandes aplausos y vivas. Desde allí, Borrajo se dirigió a la multitud. Su discurso, muy elogiado por todos, fue de recomendación de orden y respeto porque la República es eso: orden y respeto…”. Los acontecimientos la tarde del 14 de abril de 1931, ahora hace 90 años, con la proclamación de la II República en la ciudad de Teruel, los contaba de esta forma un periódico conservador como La Voz de Teruel cuyo republicanismo no estaba entre sus señas de identidad.
A lo largo del siglo XIX diferentes consistorios de la ciudad de Teruel estuvieron constituidos por concejales republicanos e incluso presididos por alcaldes de un republicanismo posibilista o federal como fue el caso de Víctor Pruneda. Pues bien, en el artículo de hoy nos referiremos exclusivamente a los ediles que formaron el Ayuntamiento tras la proclamación de la II República, pero fijándonos en datos profesionales de las personas y en los partidos políticos que se integraron en él.
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 tuvieron un carácter plebiscitario, esto es, no se habló en los mítines previos de asuntos como de la gestión de los ayuntamientos, ni de la pavimentación de las calles, ni del endeudamiento del Consistorio... se debatió realmente, no solo en Teruel sino también en España, entre Monarquía o República.
Fue la Conjunción Republicano-Socialista, una coalición formada para los comicios exclusivamente, la que ganó las elecciones en las capitales de provincia, en las grandes ciudades de España y también en Teruel capital lo que significó que 10 concejales republicanos, 4 socialistas y 5 monárquicos entrasen a formar el Consistorio.
Ahora bien, quiénes eran estos ediles, qué ideología tenían, qué profesiones ejercían, qué actividades desempeñaban en la vida real, a qué sectores representaban... Un hecho primero a destacar y que podríamos denominar incluso "histórico" fue la presencia en el Consistorio de representantes del mundo agrario, vecinos del barrio del Arrabal, barrio considerado hasta entonces como de segunda categoría por los comerciantes y funcionarios del Centro histórico que hasta entonces habían ocupado habitualmente los asientos del Consistorio para defender sus intereses. Se trataba de una especie de oligarquía urbana acostumbrada a ocupar y controlar el poder municipal.
Ahí estaban los labradores Ángel Sánchez Batea y Manuel Noguera Gómez, que fallecería muy pronto (septiembre de 1931) y más tarde Simón Marín, socialistas los tres y militantes de Sociedad Labradores "El Progreso" que en diciembre de 1931 tenía 390 afiliados, cantidad realmente importante. Hay que pensar que en el censo electoral de Teruel de los años treinta del siglo pasado figuraban un buen número de labradores y jornaleros. No es de extrañar, pues, que el Arrabal fuera conocido como el "Barrio Rojo" por sectores conservadores de la ciudad y que la Calle Mayor fuera rebautizada en 1931 con el nombre de Pablo Iglesias, el fundador de UGT y del PSOE a nivel nacional.
Otro pareja de concejales socialistas que se unieron a los labradores fue el de los profesores de diferentes ámbitos (Instituto y Escuela Normal): Juan Sapiña Camaró y Pedro Díez Pérez que habían puesto en marcha a finales de 1928 la UGT y el PSOE turolenses en colaboración, entre otros, con los citados socialistas históricos del Arrabal. Así como Díez Pérez provenía de Burgos, el padre de Sapiña, Laureano, albañil de profesión y procedente de Cullera ya había pertenecido a la UGT turolense en los años 20.
Dentro de los partidos republicanos también encontramos en el Consistorio a otro profesor de ideario republicano como era Rafael Balaguer (Escuela Normal) perteneciente a la Agrupación al Servicio de la República, así como comerciantes - estos no podían faltar- Luis Muñoz Esteban, Felipe Maícas Villarroya que poseía una tienda de muebles en la Plaza de San Juan, el camaleónico José Maícas Lorente con un estanco y armería a la entrada del Arrabal o Pedro Fabre Vicente propietario de una confitería y cerería en la calle del Tozal.
Ya con profesiones minoritarias, dentro del grupo republicano encontramos al médico José Borrajo, sorprendentemente elegido alcalde por 18 de los 19 votos posibles del Consistorio o al procurador de juicios José Bayona de la Derecha Liberal Republicana.
De los cinco concejales monárquicos eran mayoría los comerciantes e industriales. Así, encontramos a Luis López Pomar (había sustituido a última hora en la candidatura a Juan Giménez Bayo) que poseía una farmacia en el centro de Teruel o José Mª Sánchez Marco con comercio textil y presidente del Círculo Católico de la capital, a los que había que añadir los industriales Manuel Bosch y Rafael Aguilar, que poseía una fábrica de yesos. Finalmente se completaba el grupo con el profesor, luego director, del Instituto José Giner Pitarch.