Dicen que te pasa sobre todo cuando estás lejos de Aragón, pero a mí me ocurre siempre: cuando me encuentro ante una Jota Aragonesa, se me empaña la mirada y se me encoge el corazón. Sobre todo cuando la baila mi prima María Jesús, que se ha entregado durante media vida a llevar nuestro folclore por todos los rincones del mundo. O cuando la canta mi tía Manoli, adornándola con sainetes costumbristas.
Son muchos los aragoneses que se han dedicado a la Jota durante años para que no quedara en el olvido y se revitalizara, se mantuviera y se transmitiera con vigor, brillantez y empuje.
Es así como se ha ido perfilando a través del estudio, la recopilación, la investigación y sobre todo la dedicación de muchas personas, asociaciones, grupos musicales y folclóricos, e instituciones aragonesas.
La Jota Aragonesa tiene la categoría de símbolo y parte intrínseca del Patrimonio Cultural aragonés, siendo una manifestación folclórica que identifica a todo Aragón, con sus peculiaridades en cada zona del territorio que, no solo no la desvirtúan sino que la enriquecen, y constituye una de las expresiones culturales, populares, artísticas y musicales más importantes de España y más allá de nuestras fronteras.
Pero no solo eso. El cine, la pintura, el teatro, la poesía, la literatura o la danza son algunas de las fuentes donde la Jota Aragonesa ha sido y es base de inspiración cultural. Falla, Sorolla, Saura, Granados, Gárate, Moiséyev, Albéniz o Rey son ejemplos de ello.
Es por ello que la Academia de las Artes del Folclore y la Jota de Aragón está realizando desde 2013 una tarea ingente para conseguir que la Jota Aragonesa, como danza y música, sea protegida, reconocida y promovida como Patrimonio Cultural inmaterial por la Unesco.
Además, está luchando con ahínco para lograr que los estudios y la dedicación a esta disciplina sean admitidos como enseñanzas oficiales y/o regladas por las instituciones.
La Jota Aragonesa no es solo un tipo de música folclórica. Es un sentimiento de pertenencia a un pueblo y a una cultura, la mía, la nuestra. Porque, aun sin saber cantar y bailar, todos los aragoneses la llevamos muy dentro allá donde vamos. Por eso, yo apoyo esta iniciativa. ¿Y tú?