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Poesía

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José Luis Rubio
“¿Qué es poesía?, dices mientras clavas tu pupila en mi pupila azul”. Esa declaración de amor de Gustavo Adolfo Bécquer resuena en mi cabeza desde que yo era pequeño. “¿Qué es poesia? Poesía eres tú”.

Estos días he podido volver a coquetear con el verso de la mano de la Plataforma de Poetas por Teruel y, como cada vez que rimo, me ha gustado. Cada vez que leo o escucho un buen poema o cada vez que escribo alguna de esas mediocridades que me surgen casi sin avisar me lamento de no hacerlo más a menudo.

Para casi todo el mundo, confeccionar un buen poema es fruto de mucho trabajo, de muchos tachones y de algún folio arrugado alrededor de la papelera, a donde ha sido lanzado después de otros muchos intentos hasta desbordarla. Las musas son escurridizas y los miembros de la Plataforma lo saben bien, y solo a fuerza de escribir, tachar y volver a escribir surgen mensajes del alma como los que transmiten con sus ripios y canciones.

Y según escribo estas líneas, que no he tachado pero que han sufrido los azotes del delete, siento que pido disculpas. Y tal vez sea así. Me gustaría tener más fuerza de voluntad para que el cansancio, la falta de tiempo o la desidia no resultaran una excusa tan poderosa como para dejar de escribir.

Pero claro, qué se puede esperar de un tipo que piensa que lo mejor que se ha escrito en verso en la literatura española no es ni San Juan de la Cruz, ni Lorca ni Machado, sino que venera con fervor la obra de Pedro Muñoz Seca, La venganza de Don Mendo, que la ha leído y releído, que la ha medido en busca de algún verso fuera de rango (sin éxito, por cierto), que ha visto a Fernando Fernán Gómez encarnar al infame y atormentado hidalgo enamorado en todas sus versiones y que ha acudido al teatro para verla representada cerca de una decena de veces.

Valgan estas líneas para, como los buenos propósitos de principio de año, declarar mi intención de escribir, de romper el renglón y de abrir una rendija de mi alma. Amén.