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¿Vais a pedir perdón? ¿Vais a pedir perdón?

¿Vais a pedir perdón?

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Javier Hernández-Gracia

La Audiencia Provincial de Teruel archiva la instrucción abierta a Carlos Aranda; queda demostrado lo frágil que puede ser destrozar la honorabilidad de una persona –de una buena persona- en el caso que nos ocupa.

Mi convencimiento de la inocencia de Carlos fue firme desde que conocí la noticia. Hay quien puede percibir cierto empoderamiento moral en estas primeras letras, nada más lejos de posiciones altaneras, pero sí debo significar que a las 15:22 del 20 de febrero, una vez tuve conocimiento por parte de un periodista amigo mío de la salida del Juzgado de Carlos, le envié el siguiente Whatssap: “Hola Carlos, yo creo en ti, mucho ánimo. Un abrazo grande y la cabeza bien alta”. Paradójicamente por otra vía me enviaron a los cinco minutos el auto del juez, cosa que ya me pareció inaudita.

En esta historia -seria como pocas- dada la trascendencia que debe tener el honor de las personas, no se puede pasar por alto el papel de la alcaldesa Emma Buj. La lideresa popular, antes de que hubiera un auto del juez, ya decidió que lo de la presunción de inocencia no iba con ella; incide magníficamente Francisco Herrero en su artículo del pasado domingo en Diario de Teruel al definirlo como pasarse por el forro de sus vestidos un concepto tan fundamental, vestidos por otra parte de difícil análisis según los parámetros de la estética occidental, nunca he sabido muy bien si estamos ante un homenaje al siglo XIX o es tal el nivel de vanguardia que se nos escapa a los estudiosos de la moda.

La alcaldesa Buj cesó a Carlos Aranda de todas sus funciones, lo condenó con afirmaciones semejantes como la de que no le iba a temblar el pulso a la hora de pedir que “este Señor” dejará el Ayuntamiento, según recogió toda la prensa; suficiente para entender el grado de creencia en la presunción de inocencia que tiene la zarina del estilismo, todo esto además habiéndose reunido con Carlos Aranda en enero para explorar incorporarlo a su candidatura al Ayuntamiento; un periodista de investigación debe saber que San Carlos es el 4 de noviembre y San Esteban el 26 de diciembre. Curiosamente en la organización que milita María Emma se suelen dar con asiduidad el caso contrario. En la no precisamente escasa lista de presuntos casos de corrupción en los que se han visto envueltos, siempre se ha apelado a la presunción de inocencia como elemento primigenio en cualquier declaración pública de sus dirigentes, en esto queda demostrado que la lideresa local, como Spain, también es diferente.

Mi asombro creció enteros cuando en la edición del sábado 10 de junio del Diario de Teruel, afirma quien redacta la noticia, que la alcaldesa lo había cesado para que preparara su defensa. Al hilo de lo leído confieso que pensé que la siguientes líneas iban a decirnos algo así como... esa misma tarde se fue a misa a San Andrés rezando no solo para que Carlos fuera inocente sino también para que regresara al camino de las buenas costumbres tan nuestras, pero el texto no continuó así. Tengo la firme creencia que Tarantino enloquecería si conociera a Emma Buj, su cine sería estratosférico y seguro que el norteamericano renegaba de lo anterior.

No puedo (tampoco quiero) en estas líneas, dejar de hablar del papel de la prensa en todo el asunto; ya me conozco eso de que era un personaje público, hay una cuestión que al menos en las clases de periodismo nos enseñaba el gran Jorge Lozano; para empezar una notica con este calado no puede ni debe esconderse bajo la abstracta firma de “Redacción”, es un tema lo suficientemente serio para conocer quién redacta la noticia, o quién adapta la nota de prensa que en el periodismo actual desgraciadamente se suele reproducir tal cual sale del gabinete de turno.

La prensa se sumergió en la cacería que se estaba proponiendo, reprodujo con detalle todas las cuestiones que emanaban de una instrucción que a día de hoy la Audiencia provincial considera improcedente, y sobre todas la cosas, y en el caso de este periódico, se abuso en exceso del concepto Redacción y lo más grave, a mi juicio, faltó algo tan elemental como un editorial que pusiera negro sobre blanco en algo que de forma tan atroz incidía en la vida de una persona, un editorial que recordará constantemente que en el ordenamiento jurídico español se contempla de manera fundamental la presunción de inocencia. Antes de redactar estas líneas me he leído todo lo publicado esos días, el concepto presunción de inocencia no sale bien parado precisamente.

Al festín se sumó el comité aragonés de árbitros de fútbol, del que espero en pocas horas una rectificación, es más, deseo como aficionado ver a Carlos Aranda Anquela arbitrar el partido CD Teruel-Real Zaragoza del próximo mes en Pinilla; pedir perdón pienso que es un ejercicio liberador, sería bueno por parte de los protagonistas de este intento macabro de destrozar el honor de una persona, ponerlo en práctica.