En 1459 nace en la Alhambra el que será el último sultán de la dinastía Nazarí, dinastía que reinaba en Granada desde 1238, un total de veinte monarcas se sucedieron hasta el 2 de enero de 1492 fecha de la capitulación de la ciudad y el reino. La Alhambra es sin duda el sello y legado más importante de la dinastía Nazarí. Abū Abd Allāh Muḥammad ibn Ali, contaba con 23 años cuando es proclamado Sultán en Guadix, reinó con el nombre oficial de Muhammad XII, aunque a las salas de la historia ha pasado con el nombre por el que era conocido en territorio cristiano Boabdil.
El Manuscrito Carmesí fue la primera novela de Antonio Gala, sobre el sultán Boabdil. Construye una biografía novelada de excepcional belleza, apoyada en todos los aconteceres del monarca granadino, desde su infancia al doloroso exilio de Fez una vez pasa Granada a manos de Castilla. Reflejos de una infancia iniciática del niño que un día será ‘Señor de la Alhambra’, párrafos descriptivos de una belleza serena sobre su visión de esa maravilla casi celestial que es el palacio Nazarí, la mirada curiosa en las reuniones del Consejo presididas por su padre, la complicidad con su hermano Yusuf al que Antonio Gala convierte en un compañero inseparable del joven príncipe.
Todo en Gala es palabra justa, palabra que remarca la belleza cuando ésta se hace imprescindible, la descriptiva que a lo largo de la novela hace de cada uno de los lugares, bien de huertas de la frontera, bien de la ensoñación que es la Alhambra o bien de las ciudades; especialmente hermosa es la construcción que hace de la Málaga de ese tiempo -finales del siglo XV- ciudad de alboroto y comercio, ciudad de luz mediterránea y atardeceres de montaña.
El Manuscrito Carmesí es un recorrido de la reivindicación de la diversidad, párrafos de belleza, sensualidad, exquisitez y doloroso cautiverio, de erotismo de agua y olor a jazmín. Es también una demanda insistente de la historia de Andalucía, de poner orden en el desorden de buenos y malos al que tanto contribuyo esa historia oficial y en la que algunos preceptos siguen hoy postulando una verdad absoluta que es falsa como la purpurina color plata; son muchos los pasajes del libro donde Boabdil se presenta como joven andaluz, y así reza su cuna porque andaluz es quien nace en el palacio de la Alhambra quien nace en Granada
No voy a descubrir ahora el dominio radiante que Gala tiene sobre la dramaturgia, ni tampoco la capacidad de hilar bellas palabras construyendo frases que permiten al lector contemplar los jardines descritos, los amores y fuegos pasionales o las miradas que nos trasladan a uno y otro lado de esa geografía narrada; pocos escritores como Antonio Gala hablan y plasman el arte con palabras justas y comprensibles, porque Gala es Arte en sí mismo, es la sensibilidad floreciendo una y otra vez en los jardines de la inspiración, lo hace en la vida del sultán granadino, lo hizo en sus guiones televisivos, en unos casos con el patrimonio como protagonista en una serie imprescindible como si las piedras hablarán, en otros en esos paisajes con figura que acercaban la claridad del personaje y que supuso su primer acercamiento a la figura de Boabdil.
El tantas veces enunciado repetido de que la historia la escriben los vencedores, no es óbice para recordar varios planteamientos en estos tiempos de exacerbado grito nacionalista de varios signos. Contribuye Antonio Gala con singular belleza a recordar que historia de España es lo concerniente a esa dinastía Nazarí, que nos dejó la belleza sin igual del palacio de la Alhambra; recomiendo leer como no, El Manuscrito Carmesí, porque acercarse a la vida de Boabdil es acercarse de nuevo a la historia de este país, en la que la variedad de aconteceres de la historia y sus personajes invitan al sosiego.
Hay vida más allá de las tertulias televisivas, hay vidas en la historia, y gracias a Antonio Gala hay vida “en las historias”, una vida descrita en pasiones, en anillos, en mujeres que luchan sin miedo ante un presente hostil por un futuro justo y también amores maduros y papeles de agua y jardín. Antonio Gala, dramaturgia, poesía, ensayo novela y generosidad con la literatura española, eterno agradecimiento y un imposible olvido.
El Manuscrito Carmesí fue la primera novela de Antonio Gala, sobre el sultán Boabdil. Construye una biografía novelada de excepcional belleza, apoyada en todos los aconteceres del monarca granadino, desde su infancia al doloroso exilio de Fez una vez pasa Granada a manos de Castilla. Reflejos de una infancia iniciática del niño que un día será ‘Señor de la Alhambra’, párrafos descriptivos de una belleza serena sobre su visión de esa maravilla casi celestial que es el palacio Nazarí, la mirada curiosa en las reuniones del Consejo presididas por su padre, la complicidad con su hermano Yusuf al que Antonio Gala convierte en un compañero inseparable del joven príncipe.
Todo en Gala es palabra justa, palabra que remarca la belleza cuando ésta se hace imprescindible, la descriptiva que a lo largo de la novela hace de cada uno de los lugares, bien de huertas de la frontera, bien de la ensoñación que es la Alhambra o bien de las ciudades; especialmente hermosa es la construcción que hace de la Málaga de ese tiempo -finales del siglo XV- ciudad de alboroto y comercio, ciudad de luz mediterránea y atardeceres de montaña.
El Manuscrito Carmesí es un recorrido de la reivindicación de la diversidad, párrafos de belleza, sensualidad, exquisitez y doloroso cautiverio, de erotismo de agua y olor a jazmín. Es también una demanda insistente de la historia de Andalucía, de poner orden en el desorden de buenos y malos al que tanto contribuyo esa historia oficial y en la que algunos preceptos siguen hoy postulando una verdad absoluta que es falsa como la purpurina color plata; son muchos los pasajes del libro donde Boabdil se presenta como joven andaluz, y así reza su cuna porque andaluz es quien nace en el palacio de la Alhambra quien nace en Granada
No voy a descubrir ahora el dominio radiante que Gala tiene sobre la dramaturgia, ni tampoco la capacidad de hilar bellas palabras construyendo frases que permiten al lector contemplar los jardines descritos, los amores y fuegos pasionales o las miradas que nos trasladan a uno y otro lado de esa geografía narrada; pocos escritores como Antonio Gala hablan y plasman el arte con palabras justas y comprensibles, porque Gala es Arte en sí mismo, es la sensibilidad floreciendo una y otra vez en los jardines de la inspiración, lo hace en la vida del sultán granadino, lo hizo en sus guiones televisivos, en unos casos con el patrimonio como protagonista en una serie imprescindible como si las piedras hablarán, en otros en esos paisajes con figura que acercaban la claridad del personaje y que supuso su primer acercamiento a la figura de Boabdil.
El tantas veces enunciado repetido de que la historia la escriben los vencedores, no es óbice para recordar varios planteamientos en estos tiempos de exacerbado grito nacionalista de varios signos. Contribuye Antonio Gala con singular belleza a recordar que historia de España es lo concerniente a esa dinastía Nazarí, que nos dejó la belleza sin igual del palacio de la Alhambra; recomiendo leer como no, El Manuscrito Carmesí, porque acercarse a la vida de Boabdil es acercarse de nuevo a la historia de este país, en la que la variedad de aconteceres de la historia y sus personajes invitan al sosiego.
Hay vida más allá de las tertulias televisivas, hay vidas en la historia, y gracias a Antonio Gala hay vida “en las historias”, una vida descrita en pasiones, en anillos, en mujeres que luchan sin miedo ante un presente hostil por un futuro justo y también amores maduros y papeles de agua y jardín. Antonio Gala, dramaturgia, poesía, ensayo novela y generosidad con la literatura española, eterno agradecimiento y un imposible olvido.