VerdeTeruel rinde homenaje al Parque Cultural del río Martín en su aniversario
La publicación de turismo activo propone numerosas alternativas para combinar viaje y culturaLa revista VerdeTeruel y su número 52 vuelven a recordar que, observando las debidas medidas y con todas las precauciones para evitar la propagación del coronavirus en la medida de lo posible, la provincia sigue siendo un filón de rincones desprovistos de aglomeraciones, algunos bien conocidos y otros no tanto, para seguir haciendo turismo y conociendo un gran territorio para explorar.
En su último ejemplar José Luis del Valle-Iturriaga se detiene en una de las poblaciones más atractivas del Matarranya, La Fresneda, donde se redescubren el peculiar Caracol de Santa Bárbara, la ermita del mismo nombre, los restos del castillo o su monumental Ayuntamiento, cuya réplica se encuentra, junto con la de la Casa de la Encomienda, en el Pueblo Español de Barcelona. A no demasiados kilómetros, la sección Un Alto en el Camino pasea al lector por el Hotel Mas de la Costa, en Valderrobres, una antigua masía del siglo XIX reconvertida en un hotel paradisíaco decorado con tallas en madera africana y cuyas habitaciones toman su nombres de Machado, de Miguel Hernández, de León Felipe o de Lorca.
Además José Royo y Juan Carlos Gordillo rinden homenaje al Parque Cultural del río Martín en su 25 aniversario. En su artículo se ofrecen los orígenes y los principales atractivos de un parque que ocupa 250 kilómetros cuadrados de tres comarcas turolenses; Cuencas Mineras, Andorra Sierra de Arcos y Bajo Martín, y un total de ocho municipios y una pedanía. Creado en torno a los refugios de las pinturas rupestres que en 1998 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, atesora otros elementos de importancia como el yacimiento ibérico del Cabezo de San Pedro, un fabuloso ejemplo de arquitectura defensiva que cuenta con la torre más antigua de la península Ibérica, la red de neveras y pozos de hielo o los innumerables ejemplos de patrimonio arquitectónico religioso, civil e industrial.
La revista también repasa algunas curiosidades en la provincia, como el arboreto –pequeño jardín botánico con especies de árboles importadas– que existe en la ladera que mira hacia el norte de la calle Bajo los Arcos, de Teruel, o las peculiaridades de las formaciones nubosas que pueden darse en pleno Triángulo del Hielo de la provincia, en el Jiloca.
Entre las propuestas para concoer los bienes de interés cultural de Teruel, Javier Ibáñez, José F. Casabona y Rubén Sáez proponen la Torre de Piquer, en Bergel, un peculiar torreón rectangular, que tuvo usos defensivos y agrícolas, datada del siglo XIV, y que tras ser declarada BIC en 2006 el año pasado fue objeto de diferentes trabajos de consolidación.
Otra propuesta de turismo activo que reseña VerdeTeruel es el parque faunístico de La Maleza, en pleno corazón de la sierra de Albarracín. Un lugar en el que se puede pasear entre la roca del rodeno flanqueados por zorros, ciervos, jabalís, muflones o lobos, además de una incontable variedad de aves, insectos y reptiles.
Rutas senderistas
Otra propuesta es la ruta PR-TE-9 desde Montoro a Pitarque, un trayecto que explora el microclima que existe en ese rincón del Maestrazgo o algunos de los puntos más bellos de la provincia, como los Estrechos de Valloré, que abrazan uno de los ríos con mayor riqueza ambiental, geológica y faunística de Aragón, el Pitarque.
Y otra de las rutas propuestas, en este caso por Jesús Geranrdo y Antonio Hernández, es la de los Pilones de Rubielos de la Cérida, un paseo espectacular por algunas de las tricheras utilizadas en la Guerra Civil mejor conservadas de Aragón, en lo que es un conjunto fortificado de más de 400 metros de longitud, y que el 6 de febrero de 1938 fueron testigo de la partida del general Monasterio y sus 3.000 jinetes, en lo que seria la última carga de caballeria con éxito de la historia militar mundial, en el contexto de la batalla de Alfambra.
Destacar también un interesante y curioso trabajo científico firmado por el paleontólogo Luis Alcalá eilustrado por Luis Mampel, sobre las hipótesis que se manejan acerca de los desplazamientos de los dinosaurios que poblaron nuestra provincia. Aplicando diferentes técnicas, se especula con que la zona de actividad de un Tastavinsaurios que viviera en lo que hoy es Peñarroya de Tastavins, podría abarcar un círculo cuyo diámetro vendría definido por la línea recta entre Teruel y Tarragona, un área mayor a la provincia de Vizcaya, y que en un solo día podría desplazarse 100 kilómetros para alimentarse.
Por último, la referencia bibliográfica de este número de VerdeTeruel, el 52, se refiere a Lo rural ha muerto, viva lo rural, la última obra del turolense Víctor Guiu, que se adentra en la prosa para dar una particular visión de lo rural a través de su experiencia con estudiantes de todas las edades y procedentes de numerosas localidades de la provincia.