Un préstamo al consumo es una forma de financiación muy cómoda para el consumidor, pues le permite adquirir un bien a plazos (por ejemplo, muebles o electrodomésticos) que podrá afrontar de una manera mucho más accesible que si tuviera que abonar el importe completo de una vez. Algunos de ellos son préstamos sin intereses, debido a ciertas condiciones o para nuevos clientes.
¿Por qué solicitar préstamos online para consumo?
En la actualidad, las condiciones no suelen variar si el préstamo se solicita en línea con respecto al proceso tradicional que comienza cuando acudimos a la oficina de nuestro banco o caja habitual; es más, algunas entidades que operan únicamente en Internet ofrecen mejores condiciones que la banca tradicional.
Asimismo, aunque aún haya muchas personas reacias a tramitar documentación online, lo cierto es que esta vía agiliza muchísimo el proceso, puesto que la entidad recibe los documentos necesarios para iniciar el estudio financiero prácticamente en tiempo real. También hay que tener en cuenta que la seguridad y la tecnología han evolucionado muchísimo, de modo que las empresas pueden ofrecer todas las garantías en cuanto a la seguridad y confidencialidad de los documentos que se envían por Internet.
Otro de los puntos fuertes de utilizar las redes es la posibilidad de comparar préstamos al consumo online en un comparador web, seleccionar el que mejor se adapta a nuestras circunstancias o más nos conviene, y comenzar la solicitud al instante directamente desde la web del comparador, que redirige a la de la entidad correspondiente. Esto nos ahorra múltiples visitas a las diferentes oficinas bancarias y puede que incluso nos dé a conocer alguna entidad que quizá no habríamos tenido en cuenta en otras circunstancias. Por eso, hoy por hoy, ya no hay que temer a Internet, puesto que la tecnología ha mejorado muchísimo en todos los sentidos.
Aunque casi todas las entidades bancarias españolas disponen de préstamos al consumo dentro de su oferta comercial, los requisitos que imponen pueden variar de forma notable. Lo habitual es que se domicilie la nómina en el banco donde se está pidiendo el crédito; además, esa nómina debe ascender a una cantidad mínima.
A su vez, es probable que haya que contratar un seguro o al menos una tarjeta de crédito. La aplicación de comisiones y los tipos de interés dependerán no solo de la entidad bancaria, sino también de la situación financiera del solicitante. Se ha de prestar especial atención a la TAE (Tasa Anual Equivalente), sobre todo si se van a comparar las condiciones de varios préstamos, pues es la que comprende la tasa de interés nominal, los gastos, las comisiones, los pagos y los ingresos relacionados con las múltiples variantes de ese producto financiero.