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Qué debemos tener en cuenta al sustituir la pantalla de un portátil Qué debemos tener en cuenta al sustituir la pantalla de un portátil

Qué debemos tener en cuenta al sustituir la pantalla de un portátil

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Bien por el uso o bien por algún golpe desafortunado, la pantalla de nuestro portátil puede sufrir daños y/o roturas. Se trata de las averías más comunes en el caso de los portátiles, dado que es una parte muy expuesta y, a la vez, delicada.

En otras ocasiones, nuestra pantalla puede lucir en perfectas condiciones, pero, algunos problemas derivados de la tarjeta gráfica o desconexiones en la parte interna de nuestro portátil, desencadenan las temidas pantallas en negro, imágenes borrosas, descuadradas o partidas, entre otros problemas. En tal caso, el problema no está en la pantalla, por lo que la solución no pasa por sustituirla.

La forma más sencilla de comprobar que la tarjeta gráfica está en perfecto estado es conectando el portátil a una salida VGA o HDMI. Si en otro dispositivo podemos ver las imágenes de nuestro dispositivo con total claridad, la tarjeta gráfica no es el problema.

Sufrir alguna de las averías descritas al inicio nos conduce a plantearnos sustituir la pantalla del portátil dado que, el resto del equipo está perfecto. Por ello, ante la duda de si cambiar solo la pantalla o hacernos con un portátil nuevo, la solución más económica es sustituir únicamente la pantalla que es, realmente, lo que está dañado.

Si andáis en busca de recambios de calidad, eficientes y a precios competitivos, no dejéis de echar un vistazo a la web JVS-Informatica.com. Encontraréis una gran variedad de pantallas, de diferentes pulgadas y tamaños, para dar una solución efectiva a vuestro problema.

A la hora de sustituir la pantalla de tu portátil, has de tener en cuenta una serie de factores para realizar una compra segura. Lo cierto es que la sustitución de la pantalla de un portátil es una tarea sencilla, la cual puedes realizar tú mismo. Antes de ponernos manos a la obra, lo primero que debemos encontrar es una pantalla compatible, será el primer factor a considerar.

Compatibilidad

En estos casos, si tenemos dudas acerca de la compatibilidad de la pantalla, la mejor solución es recibir asesoramiento del vendedor al que vayamos a comprar la pantalla.

Para conocer el modelo de pantalla, podemos desmontar la pantalla rota y buscar la referencia que está incluida en ella en internet. Para cerciorarnos de la compatibilidad, habremos de tener en cuenta información básica relativa a:

  • Pulgadas: Es decir, el tamaño que necesitas para incrustar la nueva pantalla en tu equipo
  • Tipo de conector: Suele ser estándar, pero no está demás comprobar la compatibilidad.
  • Resolución: Si tu portátil soporta una resolución Full HD, habremos de adquirir una pantalla con la misma resolución. Es decir, de nada sirve comprar una pantalla con una resolución 4K si nuestro equipo solo admite HD o Full HD.

Herramientas

Una vez tenemos nuestra pantalla compatible, prepararemos nuestras herramientas de trabajo para tenerlo todo a mano una vez vayamos a iniciar el desmontaje y montaje.

  • Destornilladores: los más adecuados serán los de cabeza pequeña, como los que se utilizan en las ópticas. Si, además, son magnéticos sería lo ideal, así nos aseguramos de no perder ningún tornillo mientras los extraemos.
  • Pinzas de electrónica: nos serán muy útiles para quitar el conector que une la pantalla del portátil con la tarjeta gráfica.
  • Punzón o aguja: lo emplearemos para retirar tanto las etiquetas como las gomas que protegen los tornillos que se encuentran a lo largo del marco de la pantalla, conocido como bisel.
  • Herramienta plana para hacer palanca: podemos ayudarnos de una tarjeta plana lo suficientemente resistente o una espátula. El objetivo es retirar el bisel de la carcasa con ella, pero sin dañar la estructura.

Procedimiento

Tan importante son las herramientas, como servirnos de un buen soporte de trabajo. Sitúate en una mesa plana y completamente despejada para sentirte cómodo y sin que nada te moleste. El primer paso será retirar la batería de nuestro portátil y desconectarlo de la fuente de alimentación.

A continuación, quitaremos los protectores de los tornillos, si los hubiera. Se trata de unas pegatinas que, por lo general, se encuentran en la parte inferior del bisel o marco de la pantalla, cerca de las bisagras. Por lo general, tendrás una a cada lado de la pantalla. En otras ocasiones, podemos encontrarlos en la carcasa frontal.

Tras esto, cogeremos la herramienta plana que hayamos escogido para hacer palanca. A través de la pequeña apertura, introducimos la herramienta, e intentamos separar los protectores de los tornillos. Cuando retires las pegatinas, déjalas bocarriba sobre la mesa, de tal manera que, después, puedas volver a colocarlas.

Una vez hemos quitado los tornillos, procederemos a retirar el bisel. De nuevo, con la herramienta plana, haremos palanca para desplazar el bisel fuera de la carcasa trasera. El bisel estará fijado a esta, por lo general, mediante broches de plástico, por lo que tendrás que hacer algo de fuerza para separarlo, pero siempre con cuidado. Escucharás un sonido que te hará saber que lo has desenganchado.

Retirado el bisel, nos encontraremos con la LCD fijada a un marco de metal a ambos lados laterales. En otros modelos, está unida por la parte central. Tal unión está realizada con la ayuda de tornillos. Retíralos con el destornillador. Es el momento de las pinzas de electrónica que, como hemos mencionado, nos sirven para quitar el conector que une la pantalla del portátil a la tarjeta gráfica.

Tras estos pasos, cogeremos la nueva pantalla y montaremos el conector. Colocaremos la pantalla nueva hacia arriba, sobre el marco lateral, y la aseguraremos siguiendo los pasos inversos al desmontaje de la pantalla rota: atornillamos, bien en los laterales bien en el frontal, los tornillos correspondientes del marco.

Llegados al punto de colocar de nuevo el bisel, tan solo tendremos que tener la precaución de alinearlo correctamente. En la posición correcta, apretamos el bisel en los broches de presión de los que lo habíamos retirado anteriormente. Antes de sujetarlo con los tornillos, dedicaremos un momento a asegurarnos de que lo hemos colocado correctamente en su lugar. Atornillamos y devolvemos los protectores adhesivos de los tornillos a su posición inicial.