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Por qué es una buena idea imprimir tus fotos digitales Por qué es una buena idea imprimir tus fotos digitales

Por qué es una buena idea imprimir tus fotos digitales

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Entre las fotografías en el móvil, la nube, un disco duro y algunos cds antiguos, ¿cuántas fotos digitales crees que tienes guardadas? Es probable que miles… Sin duda, la revolución digital nos ha dado acceso al mundo de la fotografía como nunca antes. Nos permite sacar y editar fotos de gran calidad sin ser profesionales, además de ofrecernos la oportunidad de capturar muchos momentos únicos del día a día con un solo clic en el móvil.

Pero hay un lado menos encantador de la fotografía digital. La avalancha de imágenes almacenadas en diferentes lugares puede hacer que dejemos de lado muchos recuerdos especiales, y esto cobra aún más peso cuando queremos compartirlos con la familia y otros seres queridos.

Por ejemplo, cuando hay peques en casa, buscan referencias visuales de sus rostros junto a sus familiares. Antes los hogares solían tener varias fotos enmarcadas o colgadas en la nevera con un imán: fotos de la abuela, fotos del primer día en el cole… Siempre estaban esas referencias visibles con las que nos identificábamos.

Claro que nos hemos acostumbrado a dejar que los peques cojan el móvil o la tableta para que vean fotos y vídeos, sin embargo, siempre con una alerta extra porque están manipulando un dispositivo delicado.

Por eso es interesante seleccionar imágenes que nos gustaría tener impresas, de fácil acceso y que los peque en casa puedan manosear a gusto. Puede ser en un álbum, como los clásicos de antaño (solo que ahora se pueden editar como álbumes de fotos en línea), o en formatos más modernos, como los fotolibros. Incluso podemos imprimir imágenes sueltas para que los peques puedan pintar, recortar, personalizar…

Las posibilidades son muchísimas. Es cuestión de dejar volar la imaginación. Podemos imprimir nuestras fotos en objetos cotidianos (tazas, cojines, toallas, llaveros…), crear juegos (puzzles, juegos de memoria, cartas…) y diseñar postales o tarjetas de felicitación para fechas especiales.

Otra cuestión a destacar, en la que muchos fotógrafos profesionales coinciden, es que la experiencia sensorial con las fotografías impresas es muy diferente a la que tenemos con las imágenes digitales. Los contrastes se perciben de forma distinta, al igual que los colores y la definición de la imagen.

Obviamente, no podemos perder de vista que la calidad de la cámara con la que se tomó la foto influye mucho en su resultado final al imprimirla. Por ejemplo, la calidad de una selfie tomada con la cámara frontal del móvil suele ser muy inferior a la de una foto tomada con la cámara trasera.

El tipo de papel y de impresión también tienen un rol importante. El papel fotográfico brillante ofrece más detalles y profundidad de color, pero el acabado mate es muy popular en impresiones que van a ser muy manipuladas o en las imágenes en blanco y negro.

Finalmente, si quieres imprimir unas buenas fotos, tienes que observar la resolución, el tamaño de la imagen y la relación de aspecto. Lo mejor es usar un programa de edición para realizar esos ajustes ya que cuentan con configuraciones automáticas para que sean proporcionales.