Hemeroteca: La primera San Silvestre de Teruel: 50 valientes en pantalón corto y mucha ilusión

En aquella primera edición de la San Silvestre de Teruel, el 31 de diciembre de 1991, apenas medio centenar de personas salieron a correr para despedir el año. Ni ropa térmica ni sistemas para medir la distancia recorrida, ni tan siquiera guantes. Pantalón corto y a saltar para entrar en calor. Hace 26 años de la primera edición de esta carrera que se celebró en la capital y que llevaba por nombre “Ciudad de Teruel”, según leíamos en el periódico unos días después. La fotografía que ilustraba la información era la de la salida, en la plaza San Juan, que también era el punto de llegada, y junto a ella la de los ganadores; Juan Pablo Martínez y Pilar Crespo. La crónica de aquella primera carrera destacaba: "Resultaría ganador Juan Pablo Martínez, por cierto despegándose ya desde el principio de sus competidores y entró en meta en solitario, seguido de Serafín Sancho a más de medio minuto del vencedor". 

"Luego, en categoría de féminas, la primera en llegar a meta sería Pilar Crespo, por cierto haciendo un excelente tiempo de diez minutos y veintiséis segundos en su recorrido, como fue de toda la prueba de unos tres kilómetros". Crespo ganaría todas las ediciones hasta la de 1997.

Destacaba también la crónica deportiva que Ana Marta Puche y José Manuel Momblesa fueron los ganadores en las categorías infantiles, y Óscar Martínez en cadetes.

Mucha animación entonces en esa primera edición del Trofeo “Ciudad de Teruel” en su carrera de San Silvestre y que, claro está, los organizadores piensan repetirlo en próximas ediciones.

Aquel primer ganador, Juan Pablo Martínez, volvería a repetir podio en 1996, el 2000 y el 2001, pero recuerda aquella primera edición con especial cariño. Tenía apenas 20 años y había comenzado a correr con 16 de manera libre junto a su hermano Urbano. A los 17 ya se federó entrando a formar parte del Club Teruel Atletismo, con Antonio Jiménez como entrenador. “Entonces empecé a tomarme un poco más en serio lo de correr” cuenta mientras mira el periódico de aquel año que recoge su victoria. Con apenas 20 años quedó ganador de la San Silvestre turolense, apenas tres meses después de haberse coronado campeón de Aragón de campo a través en su categoría. “Recuerdo con mucho cariño esta carrera, y aunque hacía frío, la verdad es que no lo sentíamos” y eso que la imagen que ilustra la información de aquel año muestra al medio centenar de corredores en pantalón corto. Ni guantes llevaban. Como premio recibió una cesta y un trofeo que aún conserva y guarda junto a otros triunfos de aquella época. Martínez vivía un buen momento deportivo y poco después de aquella carrera llegó la oferta del principal club de España de su especialidad, el cross. El club New Balance le fichó para formar parte del equipo que competiría a nivel nacional, y con él quedó cuarto en la prueba nacional disputada en Jaén, y que el club ganó por equipos.

Pero Martínez no recibió el dinero acordado por su participación y dejó el club para fichar después por la sección de Atletismo del Valencia CF, donde competiría en las temporadas 1992-1993 y 1993-1994. En aquel tiempo corría la San Silvestre de Valencia del día 30 y la turolense del último día del año. “Para mí la San Silvestre de Teruel era una carrera especial, corría en casa, no tenía que viajar y además me permitía competir de cara a mis objetivos del año, que eran el campeonato de Aragón y el campeonato de España de cross que se celebraban en febrero y marzo” apunta.

Para él, la puesta en marcha de esta carrera “fue todo un acierto” y en ella se citaban los principales corredores de la época, en unos tiempos en los que todavía la prueba carecía de la parte lúdica que ahora consigue congregar a tantos participantes. 

En aquel tiempo el atletismo era el cuarto deporte de España, explica, después del fútbol, el baloncesto y el balonmano, pero no contaba en todo caso con el gran número de aficionados de la actualidad. Pero la San Silvestre ha contribuido, como otras carreras, a fomentar este deporte, con el añadido de la parte festiva que este año Martínez quiere disfrutar con sus hijos, después de haberlo hecho en la carrera de San Fernando y el Día del Atletismo en pista.

La cita deportiva ha ido sumando adeptos a lo largo de los años, especialmente a partir de 2006 cuando el número de participantes, con más de un centenar de corredores, cifra que ya no ha dejado de crecer cada año. En 2011 se superó la barrera de los 500 y la del millar justo en la pasada edición. Hoy se celebra la edición número 27 de esta iniciativa que, según explicaba hace unos días el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Teruel, Javier Domingo, es una de las citas deportivas más destacadas de la ciudad por la alta participación. Así, de los 56 participantes registrados aquel primer año hemos pasado a alcanzar el millar que despidieron el 2016 y el reto está en superar los 1.200 participantes, entre la versión competitiva y la no competitiva.

En la segunda edición celebrada en 1992, y que el periódico contó en 1993, el cronista de deportes de este periódico, Tomás Ortiz, ofrecía los detalles de la segunda edición de la carrera, en la que resultaron ganadores Rubén Villarroya y Pilar Crespo de nuevo. Destacaba el texto que fue una fría noche y a pesar de lo cual hubo un "aceptable número de participantes, aunque luego serían cincuenta y tres los que terminaran la prueba". 

Desde entonces, la clasificación histórica ha dejado una muestra de los nombres más relevantes del atletismo turolense, de los consagrados y de cómo se iban abriendo paso otros más jóvenes que darían muchas alegrías. 

Entre los nombres destacados el de Lázaro Vicente, ganador en once ediciones. Pero en la lista de ganadores vemos otros nombres destacados de este deporte en Teruel, como son la dominadora en los inicios Pilar Crespo, Marta Silvestre, AnaCris Torrejón y en los últimos tiempos Erika Torner, Jaime Escriche, Luis Agustín o Miguel Ángel Sánchez como campeones.

Y además de los nombres de los atletas que ocupaban el podio, el protagonismo de los disfraces y el ambiente festivo ha ido aumentando cada año y con este espíritu también lo ha hecho el número de participantes que eligen así una divertida y sana manera de despedir el año.