La compra o renovación del fregadero de cocina puede ser más compleja de lo que parece. Aspectos como materiales, tipo de encimera sobre la que irá colocado o el espacio del que disponemos, son algunos de los factores a tener en cuenta.
El fregadero es un elemento esencial de cualquier cocina. Incluso en aquellas donde se haya incluido un lavavajillas, en el fregadero llevamos a cabo un sinfín de tareas cotidianas, desde lavar utensilios y menaje de cocina hasta preparar los alimentos que vamos a cocinar.
Nuestras rutinas en la cocina determinan, en buena medida, cómo ha de ser nuestro fregadero ideal. ¿De uno o dos senos? ¿Acero inoxidable o porcelana? ¿Rectangular o mejor redondo? Seguro que si has llegado a este artículo es porque, en tu cabeza, rondan las mismas preguntas. No te preocupes, estás en el sitio adecuado. A continuación, te contamos las claves para escoger el mejor fregadero de cocina.
Lo primero de todo: la instalación
Imagina encontrar el fregadero de tus sueños y no poder integrarlo en tu encimera por el tipo de montaje. Para evitarnos este tipo de situaciones, comenzaremos nuestra elección del fregadero ideal por el tipo montaje.
En términos generales, los fregaderos de cocina pueden instalarse sobre encimera, bajo encimera, enrasados y sobre mueble. Dentro de cada uno de estos tipos podemos encontrar una gran variedad modelos, diferentes en materiales, formas y medidas.
Si hablamos de variedad y calidad, hablamos de los diseños que encontrarás de la mano de FregaderosEncimera. Accede a su catálogo, descubre su amplia variedad de fregaderos y escoge el modelo ideal según tus necesidades.
Para ponértelo fácil, te detallamos cada uno de los tipos de fregadero según su instalación:
Sobre encimera
Este tipo de fregadero son instalados en un hueco previamente dispuesto para ello. Se trata del tipo más tradicional, encajados en la encimera, sobresaliendo de su borde, impidiendo, así, que el agua pueda calar el mueble ubicado debajo.
Una de sus grandes ventajas es que pueden colocarse sobre cualquier tipo de encimera, independientemente de su material.
Bajo encimera
También conocidos como integrados, resultan uno de los tipos más estéticos visualmente. Se colocan por debajo de la encimera, lo que permite aprovechar más espacio en su superficie.
Enrasados
Estos fregaderos quedan al mismo nivel que la encimera, ofreciendo una visión completamente integrada de la bancada de la cocina. Requieren una instalación especial, en la que, entre otros pasos, se ha de rebajar el contorno o perímetro de la bancada correspondiente al fregadero.
Sobre mueble
También conocidos como fregaderos farmhouse, son cada vez más escogidos por su elegante apariencia. Como su nombre indica, su punto de apoyo no es la encimera sino un mueble, lo que implica que el fregadero ha de presentar el mismo tamaño, o uno compatible, con respecto al soporte.
Forma de fregadero
Una vez tenemos claro cuáles son los tipos de fregadero según su montaje, abordamos los diferentes tipos que podemos encontrar en función a la forma. Los más habituales son:
De un seno: los fregaderos de un seno son los más escogidos en cocinas de pequeñas dimensiones o en aquellas que disponen de lavavajillas. Este electrodoméstico permite ahorrar un segundo seno del fregadero y disponer de mayor espacio en la encimera.
De dos senos: estamos ante la forma más habitual y, quizá, la más práctica. Disponer de dos senos nos da una gran amplitud y la posibilidad de carecer de escurridor. En caso de no disponer de lavavajillas y de espacio suficiente en la cocina, el fregadero de dos senos es una opción ideal.
De seno y medio: en este tipo, un seno de tamaño convencional se combina con otro más pequeño que, a menudo, se acompaña de accesorios, como tablas de corte o escurridores, dependiendo de la función que deseemos. También podemos destinarlo a depositar utensilios.
Un seno y un escurridor: tal y como su nombre indica, en su fregadero compuesto por un seno y un espacio a modo de escurridor. También podemos encontrar modelos de dos senos y un escurridor.
También habremos de tener en cuenta, dependiendo del tamaño del que dispongamos, si los preferimos cuadrados o rectangulares, que se corresponden con los tipos más usados, o redondos, muy estéticos y capaces de ahorrar espacio en caso de contar con una cocina pequeña. Menos convencionales, pero también disponibles, son los fregaderos triangulares o esquineros, la solución ideal para optimizar el espacio disponible.
Material del fregadero
Por último, pero no menos importante, habremos de escoger el material del fregadero. Además del popular e infalible acero inoxidable, contamos con otros materiales que ofrecen una buena resistencia al ajetreo que se vive en este espacio, además de una estética más atractiva.
Acero inoxidable: arrancamos con el más común y popular. Disponible en diferentes acabados (pulidos, satinados, matizados, envejecidos…), estamos ante el material del fregadero por excelencia. Y no es para menos. Los fregaderos de acero inoxidable son resistentes a la corrosión y los golpes, son estéticos, muy higiénicos y, además, los más económicos.
Su punto débil lo encontramos en las manchas de cal y en su baja resistencia a las rayaduras.
Resina: los fregaderos de resina cuentan con una amplia variedad de colores, lo que permite encontrar el más adecuado según el estilo de tu cocina. A diferencia de los de acero inoxidable, muestran una buena tolerancia a la cal. Sin embargo, distan de la resistencia que ofrece el acero inoxidable respecto a los golpes. En cuanto a su resistencia al calor, muestran una tolerancia media a temperaturas moderadas.
Cerámica: los fregaderos de cerámica tienen muchos atractivos como, por ejemplo, la resistencia a arañazos o rayaduras, así como a temperaturas elevadas. Se limpian fácilmente y aporte un toque clásico y tradicional a las cocinas. Sin embargo, son sensibles a los golpes.
Mármol: los fregaderos de mármol son uno de los tipos más estéticos, por la belleza única de sus vetas. Como piedra natural, ofrece una muy buena resistencia y durabilidad. Sin embargo, presentan un precio más elevado que el resto.
Granito: especialmente fáciles de limpiar, ofrecen buena resistencia a las rayaduras, el calor y las manchas. Estamos, de nuevo, ante una piedra natural que destaca por su robustez y durabilidad. Sin embargo, al igual que el mármol, resultan menos económicos que otros tipos de materiales y requiere de cuidados especiales para garantizar su conservación.
El fregadero es la pieza estrella de la zona de aguas de tu cocina. Su adecuada elección es vital para disfrutar de una rutina diaria sencilla, funcional y práctica en esta estancia. Las continuas mejoras en materiales y diseños han permitido la creación de fregaderos que apuestan por la ergonomía, la comodidad y la estética. Sigue los consejos de este post y encuentra tu fregadero ideal.