¡Qué decir de la Covid-19! Se ha dicho mucho, se ha escrito más y aún queda mucho por decir.
Que ha venido para quedarse es un hecho y que se ha instalado cómodamente entre nosotros, es una realidad. Por ello, en este post vamos a hacer un repaso de todo lo que hasta ahora se conoce acerca de esta enfermedad y de cómo prevenirla.
¿Qué es el Covid-19?
Comenzaremos diciendo que este virus pertenece a la familia de los coronavirus que pueden causar desde enfermedades como el resfriado común, el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) hasta el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).
En 2019 se identificó en China un nuevo coronavirus como la causa de un brote de enfermedades que degeneró en pandemia, tal y como declaró en marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este virus ahora se conoce como el síndrome respiratorio agudo grave coronavirus 2 (SARS-CoV-2). La enfermedad que causa se llama enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19).
Sintomatología
Antes que nada, destacar que el período de incubación de este coronavirus, es de dos a catorce días.
Los signos y los síntomas más comunes pueden incluir:
Fiebre.
Tos.
Cansancio.
Pérdida del gusto o del olfato.
Falta de aire o dificultad para respirar.
Dolores en los músculos.
Escalofríos.
Dolor de garganta.
Goteo de la nariz.
Dolor de cabeza.
Dolor en el pecho.
Erupción en la piel, náuseas, vómitos, y diarrea.
Cómo y a quienes afecta
La gravedad de los síntomas de la COVID-19 puede ser de muy leve a extrema.
Los niños presentan síntomas similares a los de los adultos pero generalmente presentan un cuadro leve.
Algunas personas pueden tener solo unos pocos síntomas, y otras son asintomáticas.
Los síntomas pueden complicarse con problemas para respirar y neumonía, aproximadamente una semana después de comenzar.
Los adultos mayores corren un mayor riesgo de enfermar de más gravedad que va aumentando con la edad.
Las personas que ya tienen afecciones de salud crónicas también pueden tener un riesgo más alto de enfermar gravemente.
Patologías que aumentan el riesgo de enfermar
Las afecciones de salud graves que aumentan el riesgo de enfermar de gravedad con la COVID-19 son las siguientes:
Enfermedades cardíacas graves, como insuficiencia cardíaca, enfermedades de las arterias coronarias, o miocardiopatía.
Cáncer.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Diabetes tipo 2.
Obesidad grave.
Enfermedad renal crónica.
Enfermedad de células falciformes.
Sistema inmunitario debilitado por trasplante de órganos sólidos.
Asma.
Enfermedad hepática.
Enfermedades pulmonares crónicas, como fibrosis quística.
Afecciones del cerebro y del sistema nervioso.
Sistema inmunitario debilitado por trasplante de médula ósea, VIH, o algunos medicamentos.
Diabetes tipo 1.
Presión arterial alta.
Otras afecciones de salud subyacentes también pueden aumentar el riesgo de enfermar de gravedad.
Contagio
El virus parece trasmitirse fácilmente entre humanos y, con el paso del tiempo, se continúa descubriendo más sobre cómo se propaga.
Los datos muestran que se contagia de persona a persona entre aquellos que están en contacto cercano (dentro de aproximadamente 6 pies, o 2 metros), pudiendo permanecer el riesgo de contagio durante los 15 minutos siguientes.
Se transmite al inhalar por la boca, nariz u ojos, gotitas respiratorias que se liberan cuando alguien que lo padece tose, estornuda o habla.
También puede propagarse cuando una persona palpa una superficie donde se encuentra el virus y luego se toca la boca, la nariz, o los ojos.
Prevención
La OMS y la CDC, recomiendan tomar estas precauciones:
Evitar eventos con mucha gente, y reuniones multitudinarias.
Evitar contacto cercano (menos de 6 pies o 2 metros) con cualquier persona que esté enferma o que presente síntomas.
Quédarse en casa cuanto sea posible y no ir al trabajo, a la escuela, ni a lugares públicos si se está enfermo, a no ser que sea para recibir atención médica. Por supuesto, evitar el transporte público, los taxis y los viajes compartidos.
Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón por lo menos durante 40 segundos, o usar un desinfectante para manos con base de un 70% de alcohol.
Cúbrirse la boca y la nariz con el codo o un pañuelo desechable al toser o estornudar.
Procurar no tocarse los ojos, la nariz y la boca.
Limpiar y desinfectar diariamente las superficies que se contactan con frecuencia, como los pestillos de las puertas, los interruptores de luz, los dispositivos electrónicos, y las encimeras.
No viajar con fiebre y tos.
Usar mascarillas:
Higiénica o de barrera, están reguladas por la Especificación UNE 0064. Se pueden limpiar y desinfectar, ya sea en lavadora a alta temperatura o en lejía diluida en agua al 1/50.
Quirúrgicas. Su uso principal es retener los fluídos de una persona infectada que porte el virus. Son de un solo uso, con un máximo recomendado de cuatro horas. Protege a los demás del contagio pero no la persona que la lleva.
Filtrantes: FFP1 (78%), FFP2 (92%) FFP3 (98%) y N95 (95%). También son de un solo uso, con un máximo recomendado de ocho horas. Protege a la persona que la lleva y al resto.
Y para terminar, recordar que existen en desarrollo varios tipos de vacuna yque se han encontrado tratamientos con efecto antiviral que nos acerca cada vez más al fin de la pandemia.