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Lo que otras personas dicen o piensan de ti no te define: la necesidad de aprobación Lo que otras personas dicen o piensan de ti no te define: la necesidad de aprobación

Lo que otras personas dicen o piensan de ti no te define: la necesidad de aprobación

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Por Yaiza Senar Gutiérrez

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. En el artículo de hoy profundizaremos en un tema que suele estar presente, de una forma u otra, en nuestra forma de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos: la necesidad de aprobación externa.

La aprobación externa se puede definir como el ser reconocido o aprobado por cualquier persona o grupo de personas de nuestro entorno. La necesidad de la misma sería la tendencia de buscar esa aceptación sobre nuestras acciones, opiniones o maneras de sentir para así encontrarnos bien y evitar que nos rechacen.

Desde que somos pequeños, el entorno nos califica y categoriza: cada vez que nos dicen que somos buenos deportistas, que somos buenos hablando, que somos buenos bailando o que las mates no son lo nuestro. ¿A quién no le gusta un buen halago o que le digan que ha hecho algo bien? Recibir este tipo de aprobación por parte de los demás nos hace sentir bien, reforzando así aquello que hayamos dicho o hecho.

Ciclo vital

En ciertas etapas de nuestro ciclo vital la búsqueda de aprobación se trata de un proceso adaptativo y natural para el desarrollo de nuestra identidad, nuestra personalidad y para la construcción de nuestra forma de interactuar socialmente, ya que es a partir de nuestras vivencias y de la aprobación externa desde donde las personas conformamos nuestras creencias y nuestra autoestima. Es, por tanto, que se utiliza la aprobación externa como una herramienta para saber lo que está bien y lo que está mal, para saber cómo comportarnos.

Los seres humanos somos seres sociales, el querer ser aceptados y reconocidos por las personas que consideramos importantes en nuestro entorno, tanto personal como profesional, posee aspectos adaptativos. Es adecuado y natural buscar la aprobación de los demás en ciertas situaciones, ya que, por ejemplo, nos ayuda a adaptarnos mejor o puede ser un facilitador en nuestra toma de decisiones (pedir otra opinión nos puede ayudar a ver otras alternativas que quizás no nos habíamos planteando).

Sin embargo, si lo utilizamos de manera disfuncional, también puede llegar a ser algo que nos cause malestar. Para introducir el concepto de “necesidad de aprobación'' dejo por aquí unas cuantas preguntas para invitarte a reflexionar y ver cuán identificada o identificado te sientes: ¿cuánto te afecta o importa lo que las demás personas piensen u opinen de ti? ¿cuántas veces has dejado de ser tú por complacer a otras personas? ¿crees que te preocupas de forma excesiva por tener un buen aspecto? ¿crees que pierdes tu naturalidad por miedo al rechazo? ¿te cuesta anteponer tus necesidades a las de otras personas? ¿te importa mucho el “qué dirán”? ¿tus emociones varían en exceso en función de los halagos o críticas que recibes? ¿te cuesta mostrarte en desacuerdo con las opiniones de otras personas? ¿en una conversación cambias tu postura si notas que la otra persona la desaprueba? ¿tus decisiones se ven influenciadas por la opinión del resto? ¿te cuesta decir que no por miedo al rechazo? ¿buscas siempre el visto bueno ajeno en las cosas que haces? ¿te cuesta expresar tu opinión si es contraria a lo que piensa el resto? ¿te crea malestar no tener cierta cantidad de "me gusta" en las fotos que compartes? ¿te sientes angustiado cuando alguien no está de acuerdo contigo? Estos son algunos ejemplos de comportamientos o pensamientos relacionados con la necesidad de aprobación externa.

Gustar

Quizás estés de acuerdo conmigo (aunque sea un poquito) en que a todos nos gusta gustar, la cosa se complica cuando lo que hacemos por gustar o agradar va en contra de la persona que queremos ser. Puede llegar un momento en el que se sacrifique de manera continua cómo es uno mismo, sus valores y/o principios para asegurarse de encajar en un grupo o en el resto de la sociedad, tanto por el miedo al rechazo como a no ser aceptado, y es aquí cuando, según la intensidad con la que lo experimente la persona, hablamos de necesidad de aprobación. Así, nuestra forma de actuar puede verse condicionada puesto que al tener esa necesidad estoy creando una dependencia de la opinión externa. Tal patrón puede conllevar malestar, inseguridad y afectar a nuestra autoestima, puesto que depositamos en otras personas nuestra valía personal, construyendo y midiendo nuestro autoconcepto en función de comentarios, opiniones, críticas y actitudes que las demás personas hacen. Si esperamos una aprobación que no llega o hacemos algo por ser aprobados por los demás y no obtenemos ese refuerzo, podemos derrumbarnos.

Un mensaje que puedes grabarte a fuego es: que no le gustes a alguien, no significa, en ningún caso, que tú valgas menos. No puedes complacer a todas las personas que te rodean, lo que importa es el valor que te das. No consiste en alejarte de toda valoración externa, sino en acercarte a ti. Puedes preguntarte por qué haces las cosas, si las haces para agradar a los demás o si las haces porque quieres, por quién eres y por quién quieres ser. Escúchate y ten en cuenta tus necesidades, respétate. Pensar primero en ti no es ser egoísta, es una forma de quererte y de cuidarte. Lo que los demás dicen, no es lo que tú eres. Lo que dicen o piensan los demás no te define.

“La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir: lo que tú piensas de mí es más importante que la opinión que tengo de mí mismo/a” - Wayne W. Dyer