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La fundación del Centro Aragonés de Valencia La fundación del Centro Aragonés de Valencia
Ubicación del Centro Aragonés en Valencia en la calle Juan de Austria

La fundación del Centro Aragonés de Valencia

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Serafín Aldecoa

Desde hace algún tiempo mantenemos relaciones de amistad con el Centro Aragonés de Valencia (CAV) y también, claro está, con su presidente Ricardo Soriano, natural de Guadalaviar, pues siempre nos recibió con las puertas abiertas para poder presentar en sus salones nuestros libros.

Por otra parte, sabemos que la apertura e inauguración del CAV se produjo hace un poco más de 100 años y para ello se celebraron los correspondientes fastos en su momento. Por nuestra parte, aunque sea algo tarde, queremos dedicarle hoy esta entrega al, seguramente, más importante centro aragonés de España junto con el de Barcelona. Entre los dos concentraron un buen número de inmigrantes turolenses que tuvieron que dejar su tierra para buscar una vida mejor, meta que no siempre consiguieron

La constante migración de la población turolense y de las otras dos provincias aragonesas hacia Levante desde principios del siglo XX - nos podemos remontar incluso a siglos atrás hasta la Edad Media- hizo que un sábado 12 de octubre de 1918, día de la Virgen del Pilar, como no podía ser en otra fecha, se inaugurase el CAV. Actualmente sus amplias instalaciones se ubican en un lugar céntrico de la ciudad como es la calle Juan de Austria aunque anteriormente ocupó otros locales.

Unos meses antes de estas fechas ya había surgido y estaba en marcha la idea de la creación de un sitio de reunión y de convivencia integrado por elementos procedentes de Aragón. Fue exactamente el 29 de abril de 1918 cuando la larga colonia aragonesa se reunió "en fraternal banquete para solemnizar la idea de la fundación de un Centro Aragonés".

La propuesta, no sabemos de qué persona o de qué grupo pudo partir, fue refrendada unánimemente por los "50 comensales" asistentes al evento y salió adelante porque en dicha asamblea ya se nombró una Junta provisional de la nueva institución que fue "la encargada de ultimar los detalles para la constitución de dicha sociedad regional".

Se supone que los designados o elegidos en ese acto tuvieron que correr con toda la burocracia necesaria para el inicio del proceso de puesta en marcha como pudo ser la redacción de unos estatutos para poder legalizar la sociedad, en este caso calificada como "cultural y recreativa".
 

Revista Presencia Aragonesa, editada por el Centro Aragonés de Valencia


Los sucesivos pasos se seguían dando ya en los meses de verano, pues en julio, siempre de 1918, se avisaba de que se iba a celebrar una junta general el día 19, al día siguiente, en el teatro Olimpia de Valencia "para aprobar los estatutos, nombrar una junta directiva y otros extremos de importancia".

La nueva Junta oficial, la primera del  CAV, surgida a raíz  de la citada asamblea, se constituyó ya en agosto de 1918 en la céntrica calle de la Paz nº 28, aunque en otras informaciones, no sabemos el porqué, aparece como domicilio la calle Peris y Valero nº 28, 1º.

Dado que se trataba de la primera Junta, nos permitimos el citar a todos los componentes de este amplio órgano de dirección formado exclusivamente por varones, tal como ocurría en la época: Presidente: Mariano Aznar; vicepresidente: Manuel Ayora (en otras informaciones figura Raimundo Gaspar); secretario general: Juan Fabiani; vicepresidente: José Orensanz; tesorero: Ángel Cebollero; contador: Gregorio González; vicecontador: Marcelino Lázaro; bibliotecario: Luís Bermejo; vocales: Sixto Elizondo, Vicente Cantín, Juan Rodríguez, Manuel Jarque, Juan Ferrer e Isidoro Martín.

En esos primeros momentos, debió de haber varios movimientos en cuanto a fijar el lugar de la sede principal, porque, pese a lo dicho anteriormente, el día 10 de octubre de 1918, esto es, dos días antes de la inauguración, la Junta directiva avisaba desde las páginas del periódico La Correspondencia de Valencia que desde ese día el Centro "se encontraba instalado en la calle Pintor Sorolla, nº 1, 1º", es decir, muy cerca de la que es su sede actual.

Este anuncio se repitió varios días en la prensa local antes de la inauguración, por lo que deducimos que ante los cambios habidos de domicilio, había que especificar claramente a los nuevos socios el lugar exacto donde se ubicaba el CAV.

Uno de los problemas que tenía que afrontar el Centro era fundamentalmente el económico porque se supone que, entre otros gastos, debía pagar el alquiler del local más los gastos que le acompañaban: electricidad, limpieza... Desde la prensa valenciana (en este caso, El Pueblo, el periódico de Blasco Ibáñez) no se dudaba en ningún momento de la solvencia económica del Centro Aragonés por cuanto se subrayaba que "la colonia aragonesa, muy numerosa en la ciudad y compuesta de personas que gozan de buena posición económica, pueden sostener en Valencia un centro importantísimo", hecho este que no siempre era posible por el coste tan elevado que suponía -y supone- el mantenimiento de estos centros.

No conocemos al detalle el programa completo de actos de la inauguración, pero aparte de una comida "intima" para todos los aragoneses que lo deseasen y se apuntasen en secretaría, uno de los primeros festejos que organizó el CAV para celebrar la efemérides fue una corrida de toros para ese día 12 de octubre que lamentablemente fue suspendida a mitad por la lluvia. También se programó, pero ya un mes más tarde, un concierto del notable bajo turolense Victoriano Redondo del Castillo que había nacido en Alfambra.

Hasta aquí, pues, lo poco que sabemos de los primeros pasos que dieron los inmigrantes aragoneses para la creación del CAV hace un poco más de 100 años.