

Si esperan ustedes que hable de Ábalos en esta columna ya pueden pasar de página. Porque aunque hayan corrido ríos de tinta sobre el tema de la supuesta juerga en el Parador, por el momento, servidor no ha visto ni una sola prueba. Y la gente a la que he preguntado me ha dicho que lo desconocen o que no “pueden” hablar del tema. Así que hablemos mejor de un otro socialista que muchos no sabrán ni quién es. Se trata de Fernando Beltrán, el Delegado del Gobierno en Aragón.
Me consta que Beltrán ha sido de los pocos que ha ocupado cargos en la anterior corporación autonómica del PSOE que ha tratado de hacer las cosas bien y me lo han calificado como una persona “cabal”. Por eso me sorprenden más aún las polémicas declaraciones que hizo en un encuentro del PSOE de Aragón que llevaba por título “Una política socialista y solidaria ante la emergencia humanitaria”. No es tanto lo que dijo, que también, sino cómo lo dijo.
Beltrán analizaba la acogida de los 110 inmigrantes alojados en un hotel de Mora de Rubielos desde septiembre del año pasado que causó un gran revuelo. “¿Qué pasó en Mora? Muchos os acordaréis… Que tuve que ir personalmente a hacer una reunión con el alcalde, con todo el grupo municipal. Bueno, la reunión también os digo que empecé por la Guardia Civil porque a la Guardia Civil también hay que explicarles las cosas…”, decía Beltrán a los presentes con un tono entre paternalista y chulesco que fue subiendo en intensidad. “Me fui al cuartel de Mora y yo llamé a la que manda en la comandancia de Teruel y le dije: ‘Id para abajo y veníos todos para Mora que os lo voy a explicar. De lo que se trata no es de proteger al municipio de estos chicos sino de que protejáis a estos chicos del municipio… porque antes de llegar ya habían recibido amenazas en el hotel de que lo iban a quemar con los críos dentro…”.
En ese punto Beltrán matizaba que “bueno no son críos, son gente grande” y sentenciaba que “entonces, la Guardia Civil entendió perfectamente el problema”. ¡Vaya, hombre! Es decir, que de no ser por sus indicaciones, los agentes habrían actuado de otra forma a como lo han hecho… ¿Está insinuando que no son capaces de discernir a quién proteger de no ser que se lo diga un cargo político? Si no es así, lo parece.
El tono de autosuficiencia llega a su cénit cuando habla de otra reunión que tuvo que organizar él personalmente -qué gran sacrificio conlleva el cargo- con el dueño del hotel donde se iban a alojar los inmigrantes y con la representación municipal. “Entonces yo les expliqué el programa y… primera pregunta: ‘Es que vienen sin mujeres, entonces… ¿con quién van a satisfacer sus necesidades?’ Pero, ¿de verdad esa es la primera pregunta que me estáis haciendo?” Risas entre los asistentes a la charla por lo que ellos debían de considerar que se trataba de una pregunta digna de paletos. Beltrán continúa desmontando lo que tacha “bulos” sobre la inmigración ilegal, asegurado que “normalmente estamos hablando de colectivo de delincuencia cero”. Desmiente un bulo con otro bulo.
Satisfecho de su disertación finaliza diciendo: “Ahora vas allí y está todo el mundo encantado de la vida.” Y pone como ejemplo los “33 o 34” de los 110 que llegaron en septiembre que ya han encontrado trabajo. Lo que no dice es qué pasa con el resto, con los que no va a poder absorber el mercado laboral local. ¿Seguirán indefinidamente en el hotel hospedados? ¿Podrán irse libremente a otras partes a buscarse la vida? ¿Se los llevará Beltrán a su casa de Zaragoza?
A ver si va a resultar que los vecinos de Mora no son unos racistas sin escrúpulos, ni la Guardia Civil un cuerpo que no sabe distinguir entre víctima y delincuente. Lo que tengo claro es que a Fernando Beltrán le ha podido la soberbia. Quizás si se pasea por Caspe vea lo que ocurre cuando se antepone la militancia a la realidad, por mucho que quieran hacernos creer que quien se oponga a sus políticas “socialistas y solidarias” es un simple paleto xenófobo.
Me consta que Beltrán ha sido de los pocos que ha ocupado cargos en la anterior corporación autonómica del PSOE que ha tratado de hacer las cosas bien y me lo han calificado como una persona “cabal”. Por eso me sorprenden más aún las polémicas declaraciones que hizo en un encuentro del PSOE de Aragón que llevaba por título “Una política socialista y solidaria ante la emergencia humanitaria”. No es tanto lo que dijo, que también, sino cómo lo dijo.
Beltrán analizaba la acogida de los 110 inmigrantes alojados en un hotel de Mora de Rubielos desde septiembre del año pasado que causó un gran revuelo. “¿Qué pasó en Mora? Muchos os acordaréis… Que tuve que ir personalmente a hacer una reunión con el alcalde, con todo el grupo municipal. Bueno, la reunión también os digo que empecé por la Guardia Civil porque a la Guardia Civil también hay que explicarles las cosas…”, decía Beltrán a los presentes con un tono entre paternalista y chulesco que fue subiendo en intensidad. “Me fui al cuartel de Mora y yo llamé a la que manda en la comandancia de Teruel y le dije: ‘Id para abajo y veníos todos para Mora que os lo voy a explicar. De lo que se trata no es de proteger al municipio de estos chicos sino de que protejáis a estos chicos del municipio… porque antes de llegar ya habían recibido amenazas en el hotel de que lo iban a quemar con los críos dentro…”.
En ese punto Beltrán matizaba que “bueno no son críos, son gente grande” y sentenciaba que “entonces, la Guardia Civil entendió perfectamente el problema”. ¡Vaya, hombre! Es decir, que de no ser por sus indicaciones, los agentes habrían actuado de otra forma a como lo han hecho… ¿Está insinuando que no son capaces de discernir a quién proteger de no ser que se lo diga un cargo político? Si no es así, lo parece.
El tono de autosuficiencia llega a su cénit cuando habla de otra reunión que tuvo que organizar él personalmente -qué gran sacrificio conlleva el cargo- con el dueño del hotel donde se iban a alojar los inmigrantes y con la representación municipal. “Entonces yo les expliqué el programa y… primera pregunta: ‘Es que vienen sin mujeres, entonces… ¿con quién van a satisfacer sus necesidades?’ Pero, ¿de verdad esa es la primera pregunta que me estáis haciendo?” Risas entre los asistentes a la charla por lo que ellos debían de considerar que se trataba de una pregunta digna de paletos. Beltrán continúa desmontando lo que tacha “bulos” sobre la inmigración ilegal, asegurado que “normalmente estamos hablando de colectivo de delincuencia cero”. Desmiente un bulo con otro bulo.
Satisfecho de su disertación finaliza diciendo: “Ahora vas allí y está todo el mundo encantado de la vida.” Y pone como ejemplo los “33 o 34” de los 110 que llegaron en septiembre que ya han encontrado trabajo. Lo que no dice es qué pasa con el resto, con los que no va a poder absorber el mercado laboral local. ¿Seguirán indefinidamente en el hotel hospedados? ¿Podrán irse libremente a otras partes a buscarse la vida? ¿Se los llevará Beltrán a su casa de Zaragoza?
A ver si va a resultar que los vecinos de Mora no son unos racistas sin escrúpulos, ni la Guardia Civil un cuerpo que no sabe distinguir entre víctima y delincuente. Lo que tengo claro es que a Fernando Beltrán le ha podido la soberbia. Quizás si se pasea por Caspe vea lo que ocurre cuando se antepone la militancia a la realidad, por mucho que quieran hacernos creer que quien se oponga a sus políticas “socialistas y solidarias” es un simple paleto xenófobo.