El día 5 de enero todos, grandes y pequeños, esperamos con ilusión la cabalgata de Reyes, cada uno en la ciudad o pueblo donde vive. Los ayuntamientos tratan de sorprender con distintas carrozas. Es una alegría ver que una estrella gigante marca el inicio de la cabalgata en Teruel. Me hace recordar que una estrella, según la tradición católica, condujo a tres Reyes Magos, durante el viaje que habían iniciado, a encontrar al Niño-Dios y a quien le pudieron ofrecer oro, incienso y mirra. Estas ofrendas al Niño son el origen de los regalos de Reyes que los niños reciben, año tras año, con tanta ilusión.
Esa estrella, nos recuerda además que el fin del camino de nuestra vida, seamos conscientes o no, acaba en Dios, ya que Él es el principio y el fin, el alfa y el omega.
Volviendo a la cabalga de Teruel, me parece que podría haber más motivos navideños, propios de nuestra tradición, como una representación del Misterio de Belén u otros adornos navideños. También, se podrían oír esos villancicos tradicionales que ayudan a revivir la alegría de todos los personajes y animales ante el Nacimiento del Hijo de Dios, que se hace pequeño para que sea más fácil tratarlo y acogerlo en nuestro corazón.
Me pregunto, si la ausencia de esos motivos navideños tradicionales y de villancicos es por falta de participación ciudadana o son intencionados. En cualquier caso, me gustaría que todos nos empeñásemos en conservar nuestra cultura y nuestras tradiciones, y no caer en la trampa de aceptar la diversidad a costa de perder nuestra identidad. Qué la estrella de Belén nos lleve siempre por buen camino. Felices Reyes Magos a todos.