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El valor de no rendirse El valor de no rendirse
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José Iribas S. Boado

Decía Winston Churchill que “el éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal; lo que cuenta es el valor para continuar”. Qué razón tenía.

Hoy nos falta, en muchos casos, esa determinación para insistir a pesar de los tropiezos. Se nos ha vendido la idea de que lo importante es el talento, cuando en realidad lo que marca la diferencia es la perseverancia. No es cuestión de suerte ni de golpes de inspiración. Es cuestión de trabajo, de resistencia y de volver a intentarlo cuando algo no sale a la primera. O sea, de “transpiración” (a veces hay que “sudar” la consecución de los objetivos).

El esfuerzo por bandera

En CampusHome nos gustan las personas que luchan. Las que, aunque se caigan, se levantan. Las que no buscan excusas ni tiran la toalla a la primera dificultad. Las que lo intentan. Hay un mérito inmenso en el simple hecho de insistir, de no abandonar cuando las cosas se complican.

Por eso, conviene partir de una premisa clara: detrás de cualquier logro hay dedicación. Lo que vale, cuesta. El esfuerzo pesa mucho más que la suerte o la inspiración. Lo sabe cualquier deportista, cualquier estudiante, cualquier trabajador que haya alcanzado una meta.

5 claves para no rendirse

Ten un objetivo claro. Si no sabes a dónde vas, difícilmente llegarás. Ponte metas concretas y alcanzables, con ambición pero con sentido común.

Prepárate y pon los medios. Como en una carrera de fondo, necesitas planificación, resistencia y unas buenas “zapatillas”. Porque vas a sudar.

No te rindas ante la primera dificultad. Ovidio lo dejó escrito hace siglos: “La gota de agua horada la roca, no por su fuerza, sino por su constancia”.

Afronta los retos con actitud positiva. La confianza en uno mismo marca la diferencia. No basta con desearlo, hay que quererlo de verdad.

Termina lo que empiezas. Nada de dejar las cosas a medias o rendirse antes de tiempo. Lo resumía bien Mark Allen, seis veces campeón del mundo de triatlón: “Puedes continuar y que te duelan las piernas una semana o rendirte y que tu mente te duela toda la vida”.

El verdadero fracaso es rendirse

Todos los que han conseguido algo grande en la vida han fallado antes. La clave no está en evitar los tropiezos, sino en aprender de ellos y seguir adelante. Como decía Henry Ford: “Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, tienes razón”.

Así que piensa que puedes. Y no te rindas. La perseverancia es el mejor camino hacia cualquier meta alcanzable.