Andorra vuelve a pedir “respuestas” en el cálido homenaje a José Luis Iranzo

El CEA Itaca de Andorra lleva desde este domingo el nombre de José Luis Iranzo, asesinado el 14 de diciembre de 2017 por el fugitivo serbio Norbert Feher. La localidad recordó al ganadero cuando se cumplen 15 meses de su asesinato, junto a los dos guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero. Mientras, la familia, los amigos y la sociedad andorrana todavía esperan respuestas a las preguntas que han formulado para conocer los detalles del operativo de búsqueda del fugitivo antes del triple crimen decidir si fue suficiente.

Algunas de estas preguntas volvieron a reflejarse en las palabras pronunciadas por la alcaldesa de Andorra, Sofía Ciércoles, y por la viuda de Iranzo, Eva Febrero, en el acto de homenaje que Andorra le brindó por la mañana en el CEA Itaca, que ya lleva el nombre de Iranzo. También se destapó el mural dedicado a Iranzo en el interior de las instalaciones del edificio y que ha sido realizado por el artista hijarano Alex Mirasol. Fuera, un memorial simbólico formado por dos esculturas en hierro de unos corderos y un olivo en el centro, representan todo aquello que importó a José Luis Iranzo.

El Ayuntamiento de Andorra escogió el Centro Itaca "porque José Luis estuvo trabajando en su puesta en marcha codo con codo con la concejal de Cultura y Medio Ambiente, Beatriz Blasco", explicó la alcaldesa. El ganadero asesinado "colaboró en el primer y exitoso curso de agricultura agroecológica y en el primer agromercado de la localidad gracias a la voluntad de participar en cualquier actividad". Es, por tanto, "el lugar perfecto para llevar su nombre", afirmó Ciércoles, si bien la elección, según dijo,  había sido consensuada con la familia.

En nombre de la familia intervino la viuda de José Luis Iranzo, Eva Febrero, quien recordó el duro momento que supuso la muerte de su marido. "Después de aquel 14 de diciembre nos quedamos ciegos, muertos y solos". Y a continuación se refirió a la lucha que la familia y los amigos del ganadero mantienen para esclarecer los hechos y no sólo para conseguir que el autor material pague por lo que hizo. Los andorranos quieren que se depuren responsabilidades ante un operativo desplegado en los días anteriores que siempre consideraron insuficiente.

"A José Luis le han dejado tirado. Nadie ha reconocido los errores de aquellos días; nadie ha denunciado la falta de medios. Hay miedo a romper estructuras cuando técnicamente se falló y tres inocentes murieron", afirmó Eva Febrero.

Adhesión al manifiesto

Tanto la familia del ganadero como el Ayuntamiento de Andorra se han adherido al manifiesto hecho público por la Plataforma Amigos de José Luis Iranzo en la que piden más transparencia de las instituciones, más seguridad para el desarrollo del medio rural. En este documento, los amigos del ganadero asesinado quieren "que se aclare qué cadena de mando y qué protocolos fallaron los días previos para que no se restaurara la necesaria seguridad a la población tras los disparos del 5 de diciembre", cuando Norbert Feher atacó a tiros a dos personas -Manuel Marcuello y Manuel Andreu- en Albalate del Arzobispo dejándoles heridos.

Luis Manuel Alquézar, uno de los portavoces de la Plataforma constituida en Andorra explicó que han trasladado el comunicado a asociaciones de toda la provincia, a ayuntamientos y comarcas, además de a todos los partidos políticos, a los que han solicitado que se sumen a la petición de transparencia. La Plataforma ha iniciado una recogida de firmas para que todas las personas que lo deseen se adhieran al manifiesto en el que se reclama transparencia en relación a los hechos de aquellos días.

Un olivo y dos corderos

El memorial en homenaje a José Luis Iranzo que se encuentra en el exterior del CEA Itaca de Andorra ha sido coordinado por el maestro jubilado José María Peguero. Formado por un olivo y dos ovejas, el primero representa al ganadero brotando de la tierra que le vio nacer y crecer, “la energía e inquietud que tuvo con la agricultura y su trabajo como representante sindical”, explicó Peguero. Los corderos que miran al olivo son obra del escultor José Azul. Realizadas a partir de desechos de hierros, las cabezas de dos animales son dos piedras sacadas de Cuenca Buena, en el Jiloca. Los dos animales “representan la inquietud que tuvo con la ganadería como complemento de la agricultura”, explicó Peguero. Bajo el memorial hay una placa con un texto escrito por su mujer en recuerdo de Iranzo.