Los apicultores exigen el etiquetado de la miel con país de origen para poder elegir
Medio centenar de productores se concentran en ZaragozaMedio centenar de apicultores se han concentrado este martes en Zaragoza convocados por UAGA para reclamar un mayor control de las importaciones de miel de baja calidad, especialmente de China, y un etiquetado más transparente que obligue a detallar el país de origen y que permita al consumidor poder elegir.
La concentración se ha llevado a cabo a las puertas de una gran superficie comercial para denunciar precisamente que la miel española ha desaparecido de las grandes redes de distribución donde solo se pueden encontrar marcas blancas de este producto y a precios "ínfimos", como ha resaltado Daniel Gimeno, un apicultor de Foz Calanda que lleva 30 años dedicado a esta labor.
En Aragón, según ha explicado el responsable del área de UAGA, Pedro Loscertales, hay unos 1.200 agricultores de los que el 40 %, con unas 250 colmenas, se dedican profesionalmente a la producción de miel.
Loscertales pide por parte de la administración un mayor control de calidad y veterinario de la miel que llega a España y un etiquetado en el que además del país de origen aparezca también el porcentaje de mezcla ya que, ha informado, de acuerdo con la normativa, con un kilogramo de miel se pueden etiquetar 100 kilos.
Desde UAGA señalan directamente a China de fabricar "sucedáneos" o miel de baja calidad porque exporta más cantidad de la que producen.
El problema, ha coincidido Loscertales con Gimeno, es que el consumidor no tiene posibilidad de elegir entre una miel artesana o industrial porque no la encuentran en los lineales de los grandes supermercados porque "la industria está ganando mucho dinero en la estafa mediante el engaño al consumidor".
En el caso de Daniel Gimeno y otros pequeños apicultores envasan su propia miel y la venden en pequeños comercios, con lo que, advierte, estén perdiendo cuota de mercado.
Después de "casi una vida" dedicado a la apicultura, Gimeno ha señalado que las principales vicisitudes a las que se ha tenido que enfrentar han sido los problemas de precios y a las "grandes importaciones chinas", de "baja calidad y con problemas sanitarios porque incorporan residuos no permitidos en Europa".
Vetos que se levantan, ha denunciado, cuando entran en juego intereses comerciales como la venta de aviones u otras mercancías a China, como ocurrió, ha asegurado, con el último desbloqueo cuando a Europa entraron "alimentos con poca calidad y hundiendo los mercados".