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La Guardia Civil detectó hasta tres tipos de operativas fraudulentas en Defabar La Guardia Civil detectó hasta tres tipos de operativas fraudulentas en Defabar
Los agentes, durante el registro realizado en el almacén del laboratorio de Alcorisa

La Guardia Civil detectó hasta tres tipos de operativas fraudulentas en Defabar

Dos de ellas implicaron a terceras empresas del sector que fueron investigadas y sancionadas
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La investigación desarrollada por la Sección de Consumo y Medio Ambiente (Secoma) de la Guardia Civil en el marco de la operación Ayurveda sobre tráfico ilegal de medicamentos detectó tres tipos de operativas por parte del laboratorio de Alcorisa Desarrollos Farmacéuticos del Bajo Aragón (Defabar), al que los agentes consideran el centro de operaciones en torno al que gira la presunta trama de importación y exportación de fármacos. 

Según consta en las diligencias aportadas por los investigadores al caso, la primera consistía en la elaboración y distribución de medicamentos presuntamente falsificados bajo una marca propia. Es decir, fármacos que salían al mercado bajo marca Defabar o Laboratorios Raga, marca ésta última de los laboratorios que tenían como domicilio social Alcorisa, pero que no constaban en la base de datos de la Asociación Española del Medicamento y Productos Sanitarios  (Aemps). Entre los fármacos que se distribuían bajo la marca comercial local estaban la Heparina Regalab,  Penicilina Defabar y la Mexiletina Defabar. 

El laboratorio de Alcorisa no tenía autorización para fabricar medicamentos con este tipo de principios por parte de las autoridades sanitarias, según consta en las diligencias.

El segundo tipo de operativa consistía en la elaboración y distribución de medicamentos presuntamente falsificados con marcas de otras empresas. La operativa, según creen los investigadores, sería parecida a la anterior, aunque, en este caso, además del laboratorio de Alcorisa entrarían en el negocio otras empresas españolas que después han sido y todavía están siendo investigadas por la Secoma.

Por último, la trama se dedicaría también a la venta de medicamentos falsos de marca Defabar a terceras empresas para su distribución fuera de la Unión Europea (UE). En este caso han sido detectadas operaciones de compraventa de Mexiletina Defabar y de Penicilina Defabar. Ambos fármacos estarían vinculados a comercios al por mayor que habrían cooperado necesariamente en la venta de estos medicamentos a terceros países, a sabiendas,  presuntamente, de que el laboratorio de Alcorisa no tenía autorización para su fabricación. 

Mismo sistema

En los tres tipos de operativa, el principio activo procedería de empresas ubicadas en China o India, cuyo fabricante habría sido suplantados, según el Secoma, mediante la emisión de certificaciones de calidad o de analíticas que también habrían sido falseadas, según los agentes que han llevado la investigación, por el propio laboratorio Defabar. Solo en algunos casos, los fármacos habrían llegado a nuestro país como medicamento terminado. Es decir, los medicamentos eran "acondicionados" en España, suplantando el fabricante y el origen de cada medicamento. Las expediciones de los medicamentos al exterior se habrían realizado mediante el uso de los Certificados de Libre Venta (CLV) que Defabar conseguía de la Cámara de Comercio de Teruel. 

Documentos “no ciertos”

Por otro lado, para llevar a cabo su actividad comercial, los agentes aportan indicios que apuntan a que la red habría obtenido de manera fraudulenta la documentación que expide la Aemps, tales como certificados de producto farmacéutico o certificados de exportación con el fin de apoyar la distribución ilícita de los fármacos. 

La falsificación de documentos afectaría, según el Secoma, a los CLV de la Cámara de Comercio, cuyo contenido sería "no cierto", también a los certificados de origen, a las declaraciones de exportación y a otros como los certificados de calidad y análisis de los fármacos y a su apariencia externa (cartonaje, prospecto y etiquetado).

Infracciones graves

Los investigadores atribuyen al administrador único de Defabar, Gabriel García Gavín, el delito de estafa, ya que el destino de los medicamentos era el tratamiento de personas con determinadas patologías, en muchos casos graves, a quienes se habrían administrado fármacos que para los agentes estaban falsificados, no tenían las debidas garantías de seguridad, calidad y eficacia y que solo por ello tendrían un peligro real para los consumidores. De poderse demostrar finalmente que son ciertos, serían constitutivos de infracciones penales. Para ello, los agentes han aportado al sumario como indicios probatorios distintos correos electrónicos entre García Gavín y algunos de sus clientes o colaboradores.

Diez compañías del sector farmacéutico investigadas en cinco provincias

 

La operación Ayurveda ha desenmascarado un presunto entramado para la falsificación de medicamentos que tendría su base de operaciones en Alcorisa, pero con ramificaciones en cinco provincias españolas Barcelona, Castellón, Valencia, Sevilla y Madrid. En total, han sido investigadas 10 empresas por haber participado directamente en operaciones ilegales que girarían en torno a quien el Secoma considera el cabecilla de la trama, Gabriel García Gavín, administrador único de Desarrollos Farmacéuticos del Bajo Aragón (Defabar) y de Laboratorios Raga, también con sede en Alcorisa, una empresa que no está registrada en la base de datos de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.

La Guardia Civil ha investigado durante 20 meses a tres laboratorios con sede en Barcelona y una empresa especializada en marketing y venta de la misma ciudad. Asimismo, una empresa del ámbito de la logística hospitalaria de Sevilla autorizada para la distribución y almacenaje de productos sanitarios, un almacén mayorista y distribuidor de productos farmacéuticos de Valencia, un comercio al por mayor de productos farmacéuticos con sede en Barcelona y que figuró como laboratorio fabricante (reacondicionador) en la base de datos de la Aemps, además de otro comercio al por mayor de productos de perfumería y cosmética de Sevilla, que tampoco está registrado en la Aemps para la elaboración y distribución de productos farmacológicos. Por último, las ramificaciones de esta supuesta trama de tráfico de medicamentos llegan también hasta un distribuidor de medicamentos dedicado también al comercio al por mayor de productos farmacéuticos con sede en Madrid.