Una investigación del Campus de Teruel analiza la relación del control de las emociones y el contacto con la naturaleza

Dos investigadoras de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas del Campus de Teruel ponen en marcha una investigación para evaluar la autorregulación emocional de los niños y niñas en Teruel para comprobar que papel tiene en este proceso el contacto de los pequeños con la naturaleza.   
Noelia Sánchez Pérez, como investigadora principal, y Ginesa López Crespo, investigadoras y docentes en el Departamento de Psicología y Sociología del Campus de Teruel, buscan familias voluntarias para evaluar la autorregulación en preescolares de la provincia de Teruel. 
A través del proyecto titulado Condicionantes ambientales de la autorregulación en edad preescolar, que está financiado por la Fundación Universitaria Antonio Gargallo, las especialistas pretenden conocer el desarrollo de la autorregulación en contextos urbanos y rurales y la posibilidad de mejorar la autorregulación de niños y niñas de entre 4 y 6 años a través del contacto de la naturaleza.
Para ello, las investigadoras solicitan la participación de las familias que tengan hijos de esas edades y de los centros educativos tanto de Teruel ciudad como de la provincia. Ginesa López explicó que en estos momentos están en la fase de contactar con los colegios y las familias para que puedan colaborar con el proyecto y el objetivo es iniciar el trabajo de campo en el mes de mayo y poder contar con una muestra de 90 chicos. López animó a los padres turolenses y a los centros educativos a colaborar en esta experiencia que se hará en un entorno seguro en la Universidad. Para participar solo hay que enviar un correo electrónico a noeliasanchez@unizar.es. 
Ginesa López detalló que la participación es muy sencilla. Por una parte, a las familias se les pedirá que respondan a una serie de preguntas sobre la autorregulación de sus hijos y su nivel de contacto habitual con la naturaleza. “Es un test breve de 24 preguntas para conocer cuestiones como la impulsividad o la atención”, detalló la especialista de la facultad turolense. 
Mientras que los preescolares realizarán una tarea de ordenador de tipo lúdico con la que también se evaluará la capacidad de atención. Se podrá en relación la autorregulación de los niños con su relación con el medio ambiente y se tendrá en cuenta si los pequeños viven en el medio rural o en el urbano.

Beneficios de la naturaleza
“La hipótesis de la que partimos es que sí hay una relación entre la autorregulación y el contacto con la naturaleza. Los niños de los entornos rurales tienen un mayor contacto con la naturaleza que los del ámbito rural y puede contribuir por ejemplo a la restauración de la atención. Nuestra atención fluye más libremente en ambientes naturales que en aquellos con grandes edifcios y más alejados de la naturaleza”, explicó la profesora del grado de Psicología.
Para este trabajo de investigación se va a contratar a un alumno, preferiblemente del máster de Psicología General Sanitaria.
Una vez obtenida la información y analizados todos los datos se pretende también hacer una propuesta de intervención con la que se buscará un mejor aprovechamiento de los recursos naturales para trabajar con los más pequeños. 
“En los países del norte de Europa está mucho más extendido que la actividad educativa se realice acercándose a los espacios naturales. Ahora con la pandemia puede ser una oportunidad para plantear propuestas en el entorno”, comentó Ginesa López quien señaló que, tras el estudio, se podría continuar colaborando con los centros y familias que participen en él.