Hemeroteca: Y casi sesenta años después, ¿se apareció de verdad la Virgen a unos niños en Jorcas?
En junio de 1958 el periódico LUCHA envió a un periodista a investigar estas apariciones que se fueron relatando en el diario por entregasEl despliegue mediático es llamativo para lo que acostumbraba entonces el LUCHA, porque aquellos días de junio de 1958 dedicó varias ediciones amplios espacios en el periódico a una noticia que titulaba con esta pregunta: ¿Se ha aparecido la Virgen en una cueva de Jorcas?
Con un redactor enviado expresamente hasta allí, el periódico siguió durante varios días la noticia, con fotografías que ahora además son un testimonio en blanco y negro de otro tiempo en el que los milagros eran más esperados y quizás por ello, tenían una repercusión que hoy se antoja cuanto menos sorprendente.
En la mancheta todavía leíamos eso de LUCHA Diario de F.E.T. y de las J.O.N.S. y en una abigarrada portada del 19 de junio de 1958 se abría hueco, entre varias crónicas nacionales, la noticia de un pequeño pueblo de la provincia. ¿Se ha aparecido la Virgen en una cueva de Jorcas? titulaba aquella información, del mismo modo que lo haría los días siguientes pero aclaraba en esta edición La noticia en Teruel. Nos vamos a Jorcas: Temor a quedarnos sin noticia. Todo lo confirma al fin. Y destacaba en negrita además un entrecomillado: “En Jorcas son muy piadosos y devotos de la Virgen”.
El relato periodístico está construido en primera persona, describe su visita y los testimonios que va recogiendo, comenzando por los detalles sobre cómo había llegado la historia hasta el periódico: La noticia nos llegó a través de Mariano Esteban Pueyo, practicante del Hospital Provincial y hasta hace poco maestro con ejercicio en varios pueblos de la Sierra del Pobo. Y el texto dice:
- Dicen que en Jorcas se ha aparecido la Virgen a unos niños. ¿Es un buen tema?
- Excelente si no es más que un rumor. Si tuviera confirmación por otras personas...
Lo tuvo a los pocos minutos, gracias a la moto del amigo Mariano. Otras personas habían oido también la noticia. Algo había de verdad.
Y como había visos de noticia, la crónica contaba cómo subieron al Seat de Renato hacia Jorcas y al llegar relata con detalle el encuentro con una tendera a la que preguntan. Una niña les acompaña al colegio donde estaban los niños que habían tenido esa visión y ahí comienzan a preguntar al profesor y a los niños.
Como si de una novela por entregas se tratara, en aquella primera crónica el cronista realiza un retrato costumbrista de aquel pueblo y aquellos tiempos y de la llegada del redactor y de Mariano al colegio, para dejar para mañana el resto de la historia, tal y como anunciaba: Al habla con los niños: Los ocho niños de Jorcas que dicen haber visto a la Virgen, entrevistados por nuestro enviado especial Manuel Guerricabeytia.
En la crónica del día siguiente podíamos leer el relato casi novelado de la conversación con el maestro de Jorcas, que contaba que creía a sus alumnos: No hacen falta grandes dotes de psicólogo para distinguir la sinceridad de la falsedad. Ni una contradicción. NI tampoco -esto es muy importante- “presumen” de sus visiones, lo que harían indefectiblemente si fuera una invención.
El maestro, José Ortega, creía a los niños e incluso había ido a rezar con ellos a la cueva, pero él no había visto a la virgen.
Entre las pruebas que aportaba el maestro para creerles estaba que, cuando tenían la visión, todos emitían una exclamación a la vez y la emoción que reflejan sus caras no puede ser fingida, a no ser unos consumadores actores y haber ensayado su papel intensamente.
Negaba el profesor que hubieran visto alguna película que podía haberles influenciado y, preguntado también el secretario del Ayuntamiento, José Español, coincidía con la opinión del profesor de que tenía muchos visos de ser cierto.
La primera aparición fue la del Niño Jesús. Todos los niños la han visto, y algunos de ellos acompañada de San José. Se aparece en varios tamaños y desaparece mientras los niños rezan. Solo se le ve el cuerpo y las vestiduras, pero no las facciones. Y a continuación la crónica comienza a dar los detalles que ofrecían los niños: Silvestre, Eliseo, Laureano, Emiliano, Luis, Rufina, Pilar y Miguel Izquierdo. Este último, según la crónica del periódico, fue el primero en tener una aparición, la del Niño Jesús, que luego contó a su madre que no le creía y dejó al muchacho “asustado”.
Cada uno ofrecía el relato de cómo era la aparición que habían visto: unas veces el Niño Jesús, otras la Virgen, de blanco y azul o rosa, con las manos en posición de rezo, de rodillas o emitiendo una luz...
Y en la crónica, el anuncio de que el relato continuaría el día siguiente. En la edición del sábado 21 de junio de aquel 1958, la noticia ya estaba acompañada por fotografías, firmadas por Mariano Esteban Pueyo, tanto del grupo de niños que tuvo la aparición como de un grupo de vecinos enfervorizados a la entrada de la cueva.
La crónica de ese sábado ofrecía detalles del lugar en el que se ubicaba la cueva y su acceso, y recogía el testimonio de una mujer que había llegado a Teruel desde Jorcas. Decía la virgen se había vuelto a aparecer, y la habían visto los niños Eliseo, Silvestre, Esmeralda y el sordomudo de Camarillas que según recogía el periódico salió de la cueva presa de gran agitación y al salir dibujó a la virgen del mismo modo que la describían los otros niños.
Restauración de la iglesia
Las apariciones coincidieron en el tiempo con la comunión de algunos de los niños en la iglesia recién restaurada de Jorcas, donde se veneraba a la Sagrada Familia. En la restauración solo solo se ha colocado en el altar una imagen de San José. Las apariciones han sido de la Virgen y del Niño, las dos imágenes que faltan, según explicaba el profesor del colegio en la crónica.
El seguimiento de la noticia continúa al día siguiente, con una foto en portada de Miguel Izquierdo, el primer niño en tener la visión, y un texto que recogía las opiniones de los vecinos y más testimonios.
Destacaba también en la portada que la noticia había atraído a un centenar de personas entre vecinos y periodistas de Zaragoza y Valencia, y el ambiente que ya se vivía entonces, a medida que aumentaba la afluencia a la cueva de personas que querían ver a la virgen, aunque hasta entonces solo niños y adolescentes decían haberla visto.
El reportero terminaba esta serie por entregas el 24 de junio, recogiendo el diario de uno de los niños que había tenido las visiones, Eliseo Herrero. Y concluía el texto diciendo: Nuestra crónica ha respondido a la exigencia profesional de informar a nuestros lectores sobre sucesos actuales y trascendentes, y aclaraba que Como es lógico, la jerarquía eclesiástica guarda la más absoluta reserva.