Síguenos
Olvido Olvido
EFE

banner click 236 banner 236
Nuria Andrés
Nunca estarás bien hasta que tu vecino no esté bien también. Esa es la frase que para este año que aterriza me gustaría que se escuchase en los debates parlamentarios. El 2024 se despide de nosotros con la espantosa lección que nos deja el paso de la dana, el saber que todo se puede destruir en cuestión de minutos, pero también con el terrible recuerdo de las 227 personas que perdieron la vida aquel 29 de octubre. 227 personas que tenían planes para el 30 de octubre, proyectos que nunca se les permitió realizar. Este año hemos visto la destrucción absoluta y también la reconstrucción. Si las imágenes que llegaban de Valencia nos recordaban a países caribeños en los que ocurren estas desgracias y entonces, pensábamos que esos lugares eran ajenos a nuestro código postal, ahora hemos visto que la ruina también puede tocar a nuestra puerta. 

De hecho, a nuestras puertas de la Unión Europea, perdura; al este, la guerra en Ucrania, y al sur, en nuestro propio país, más de 10.400 personas que han perdido la vida intentando llegar a nuestras costas. Porque si el momento más doloroso de este año ha sido, sin duda, la devastación causada por la dana, el más impactante, para mí, fue la campaña electoral de las pasadas elecciones europeas. ¿Cómo pudimos normalizar que tantas veces se hablara de la guerra?, ¿Cómo hemos podido olvidar tan rápido?

Unas semanas en las que se dialogaba sobre construir búnkeres en las casas de los países colindantes con Rusia para proteger nuestras fronteras europeas. 

Países que pedían amparo y solidaridad para defender la vida de sus ciudadanos en una contienda, pero que, unos días más tarde, discutían acerca de cómo devolver a los migrantes que arriesgaban su vida cruzando el mar de la muerte, antes mar Mediterráneo. Insultos racistas que emergían de nuestras propias instituciones, permitiéndonos el lujo de olvidar que hace nada eran nuestros abuelos los que cruzaban los Pirineos en busca de una vida sin metralla. ¿Cómo podemos olvidar tanto?