“Insoportable”. Esa es la palabra que utilizó Pedro Sánchez para referirse a que, cada quince minutos, un niño es asesinado en Palestina. Lo dijo ante la mirada del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, después de años y años de asedio por parte de Israel al territorio palestino. Una palabra que debería haber ido acompañada de una enérgica condena al genocidio que Israel comete sobre Gaza y de una promesa para que España deje de comprar armas a Israel. Esto último no ocurrio, pero, pese a todo, fue un reproche necesario frente a una Unión Europea que prefiere cerrar los ojos ante los crímenes que comete Israel por miedo a que seamos tildados de antisemitas o acusados de apoyar el terrorismo.
Ni el más cruel pasado contra los judíos que atormenta a Europa desde hace décadas puede justificar nunca la masacre de un pueblo. Durante todos estos años, hemos condenado enérgicamente- y seguiremos haciéndolo- el holocausto nazi, al igual que gritamos contra el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre, pero España no puede aguantar sobre sus hombros el peso del bombardeo de hospitales en Gaza.
Por pura humanidad, alguien tenía que decir “basta” y sí, quizás no es posible tener una buena relación diplomática con un país que ni siquiera es capaz de cumplir con el Derecho Internacional de la ONU, pero, callar ante un crimen ya ha dejado de ser una opción.
Y supongo que quienes defienden España, su Constitución y alardean de que temen perder el honor de todo un país, estarán horrorizados de que Israel nos acuse de apoyar a Hamás. Supongo que aquí también querrán sacar sus banderas para mostrar que España no merece ser señalada por algo tan grave como respaldar el terrorismo. Pero, de momento, las críticas se han centrado en acusar a Sánchez de crear una crisis diplomática. No es la primera vez que Israel señala objetivos. Ya lo hizo con la exministra Ione Belarra, pero en ese momento, todos se excusaron en “son los de Podemos”. Luego señalaron a la ONU, después a Sánchez y seguirán, y en ese momento, los españoles, de cualquier ideología, tendremos que demostrar que nos importa la imagen de nuestro país.