¿Quién no ha oído hablar de la vivienda en los últimos meses? Sin lugar a dudas es uno de los problemas que más preocupa a los españoles en la actualidad. Sobre todo a los jóvenes, que vemos imposible imitar aquello que un día hicieron nuestros padres hace unas cuatro décadas o así. No incidiré en el discurso del esfuerzo que hicieron ellos o que hacemos nosotros, porque ya lo hice la última vez y me resulta un poco repetitivo. Pero sí que creo que es importante comprender las diferencias. Que una casa en la actualidad valga dos o tres veces más que por aquel entonces ya supone un desafío importante para aquel que está dispuesto a firmar unas escrituras. Si a ello se le añade que los salarios no han crecido al ritmo que lo ha hecho el coste de vida, la combinación pasa a ser un imposible.
Los telediarios acuden a Madrid, Barcelona o incluso Valencia para evidenciar el problema, sin prestar mucha atención a lo que sucede en otros territorios del país, que sólo interesan cuando llueve de forma salvaje o tiene lugar alguna catástrofe. Tampoco entraré a repetirme en ese sentido. Muchas veces he reivindicado la importancia de los medios locales y he criticado la cuestionable praxis de los que tienen su sede en la capital.
Pero, los que hemos hecho vida en alguno de esos territorios menos visibilizados, como es el caso de Teruel, sabemos que los problemas y las crisis no evitan esos lugares, como sí lo hacen los informativos. Lo de la vivienda no es una excepción. Si estas líneas caen en manos de algún profesor o enfermero que ha llegado de nuevas a Teruel sabrá bien de lo que hablo.
Encontrar un hogar en la ciudad del amor es más que complicado. El alquiler ya no es lo que era hace un par de años y la idea de invertir se ha quedado en eso, una simple idea de complejísima ejecución. Sin embargo, Teruel tiene lo que muchas otras ciudades echan en falta: terreno para construir. La zona del nuevo hospital puede ser aprovechable para que la ciudad se expanda. Quizás la solución para el problema de la vivienda se encuentre en la capital de la España despoblada, que tiene mucho que ofrecer.
Los telediarios acuden a Madrid, Barcelona o incluso Valencia para evidenciar el problema, sin prestar mucha atención a lo que sucede en otros territorios del país, que sólo interesan cuando llueve de forma salvaje o tiene lugar alguna catástrofe. Tampoco entraré a repetirme en ese sentido. Muchas veces he reivindicado la importancia de los medios locales y he criticado la cuestionable praxis de los que tienen su sede en la capital.
Pero, los que hemos hecho vida en alguno de esos territorios menos visibilizados, como es el caso de Teruel, sabemos que los problemas y las crisis no evitan esos lugares, como sí lo hacen los informativos. Lo de la vivienda no es una excepción. Si estas líneas caen en manos de algún profesor o enfermero que ha llegado de nuevas a Teruel sabrá bien de lo que hablo.
Encontrar un hogar en la ciudad del amor es más que complicado. El alquiler ya no es lo que era hace un par de años y la idea de invertir se ha quedado en eso, una simple idea de complejísima ejecución. Sin embargo, Teruel tiene lo que muchas otras ciudades echan en falta: terreno para construir. La zona del nuevo hospital puede ser aprovechable para que la ciudad se expanda. Quizás la solución para el problema de la vivienda se encuentre en la capital de la España despoblada, que tiene mucho que ofrecer.