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Este viernes volvía hacia Valencia escuchando la radio después de una interesante mañana de trabajo por Sarrión. Cosas de la vida. En concreto sonaba el Hoy por Hoy de la Cadena Ser Teruel. He tenido la suerte de poder escuchar a otros dos grandes periodistas (Mari Cruz Aguilar, con quien también tuve suerte de cruzarme este viernes, y Chema López) relatar sus batallitas con el que hasta el 19 de junio sigue siendo el subdirector del Diario de Teruel. Me ha llamado especialmente la atención la historia de cómo Juanjo le cedió la dirección a Chema. Aunque iba conduciendo, por un momento he retirado mi concentración de la carretera y me he puesto a pensar en lo complicado que debe ser dirigir un periódico. O dejarlo en manos de alguien, cuando tú ya tenías todo bajo control. Uno y otro lo hicieron perfecto. De eso no cabe dudas. Pero creo que son una excepción. Continuamente vemos cambios de líder. En la política, en los deportes o incluso a veces en la cultura.
No todos cumplen, aunque considero que eso es cosa de gustos. A mí, por ejemplo, me gustaba más La Oreja de Van Gogh con Amaia Montero que con Leire Martínez. No obstante, creo que más allá de las preferencias personales está la responsabilidad. Innegociable en cualquier caso.
El otro día escuchaba en una entrevista a Mariano Escalera, presidente del CD Teruel. Hablaba de la importancia de ganar masa social para conseguir que el club pueda asentarse en una categoría como la Primera RFEF. Yo pensaba, ¿y de quién es esa responsabilidad? No encontré respuesta, pues pienso que no se puede dejar en manos de una afición la responsabilidad de que un club esté en una categoría o en otra. Creo que es cosa de todos. La directiva, que no debe olvidar que se debe a sus aficionados y socios; las instituciones, que no deben olvidar a los que representan su nombre; y la afición, que no sólo debe subirse al barco cuando la marea está tranquila. Cuidar lo que uno tiene o perderlo. Esa es la responsabilidad.
No todos cumplen, aunque considero que eso es cosa de gustos. A mí, por ejemplo, me gustaba más La Oreja de Van Gogh con Amaia Montero que con Leire Martínez. No obstante, creo que más allá de las preferencias personales está la responsabilidad. Innegociable en cualquier caso.
El otro día escuchaba en una entrevista a Mariano Escalera, presidente del CD Teruel. Hablaba de la importancia de ganar masa social para conseguir que el club pueda asentarse en una categoría como la Primera RFEF. Yo pensaba, ¿y de quién es esa responsabilidad? No encontré respuesta, pues pienso que no se puede dejar en manos de una afición la responsabilidad de que un club esté en una categoría o en otra. Creo que es cosa de todos. La directiva, que no debe olvidar que se debe a sus aficionados y socios; las instituciones, que no deben olvidar a los que representan su nombre; y la afición, que no sólo debe subirse al barco cuando la marea está tranquila. Cuidar lo que uno tiene o perderlo. Esa es la responsabilidad.