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Retraso Retraso
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Javier Lizaga
Philip K. Dick solía contar un chiste: un hombre va de visita a casa de su amigo León. Llama a la puerta y nadie responde, asoma un vecino. Oh, ¿no se ha enterado?, le pregunta el vecino, lamento decirle que León ha muerto. El hombre responde: ah, no importa, pasaré otra vez el jueves. 

Esta escena es muy turolense. ¿El corredor Cantábrico-Mediterráneo? ¿la autovía a Cuenca? Enterrados. No se preocupe que encargo otro estudio de viabilidad, responde el político de turno. 

Da para una teoría de la relatividad administrativa turolense. 20 años tras el famoso Plan Teruel de Zapatero solo el 4% de las obras se han cumplido. Destaca la A-68 que una vicepresidenta juró que estaría en 2010. 

El último anuncio, con tramos sin tocar, ha sido que El Burgo-Fuentes, proyectado en 2021 para 2023, estará, si eso, para 2027. No es el día de la marmota, es la marmota protagonizando “Regreso al futuro”.

No es un ejemplo, es que reto a alguien a que me cite una obra ejecutada en tiempo y forma. Al Plan Director de modernización de la línea Zaragoza-Teruel-Sagunto 2017-2022 le borraron pronto la coletilla temporal y aún empiezan ahora los túneles. 

La mejora de la carretera a Villastar, anunciada por Rajoy en 2018, la ejecuta ahora Sánchez. Ha pasado de 24 a 40 meses de plazo, de 15 a 18 millones de coste. No es mucho, quiero decir, apenas 5 kilómetros.  

No se libra la ciudad. Tendremos a final de año un hospital sin accesos (van con retraso), lo verán, un museo de la guerra, que no sabemos qué meter dentro aún, y para los que gusten de las obras, prepárense a disfrutar, sine die, del ascensor de la Andaquilla o de los retrasos que promete la ya retrasada Cuesta de los Gitanos. 

El engaño no es ceguera, sino un deseo de creer vivido desde la desigualdad, resume Marina Garcés. Para quien la lección de la política no es la impotencia, sino que nos enseñan que la palabra no vale nada. 

Hasta pienso que esta columna va con retraso.