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Javier Lizaga

“¿Cómo has hecho eso? No tendrías que haber protestado”, sentenció Víctor, mi director de tesis. “Me han venido a buscar”. ¿Quién? “La directora de departamento”. Hay diálogos tan famosos como si aparecieran en tu película favorita. Hay que ser idiota para quejarse porque un proceso de 8 meses para seleccionar profesores se cerraba, de pronto, con unos días de margen y tras un aviso a lápiz en un tablón. Esa fue toda respuesta “oficial”. Fue más gratificante que descubrir que los méritos científicos de uno de los candidatos eran un libro de jota. Bienvenidos a la universidad.

Recordé todo esto la semana pasada ante el típico “se busca profesor”, esta vez, de Procesos y Medios de Comunicación para Secundaria y FP. La Oda a la Alegría sonando hasta leer la convocatoria. Servían lo mismo comunicadores que ingenieros, y hasta un electricista si demostraba dos años de práctica en la asignatura. Pitopito gorgorito. Una convocatoria emitida un sábado y que se cerraba el jueves. Cuantos menos se enteren mejor. Y con un chispún de los buenos: “Acto de presencia”. Para ser candidato había que, además de presentar todos los papeles dignos de excusado, presentarse en un puñetero despacho de Zaragoza. Sí, no servía cualquier dirección provincial de Educación, había que ir a la capi, de hoy para mañana. Por si te quedaban ganas.

Enrique Meneses maldecía al presentador cada vez que decía “estas imágenes pueden herir su sensibilidad”. Un insulto, decía, a quien se había jugado el puto pellejo para enseñar a los niños que la muerte no es como en las películas. Nadie se levanta después. Espero que esta vez alguien conteste mi queja. Solo para que deje de pensar que entre la dejadez, la inercia y la estupidez generalizada los profesionales están cada vez más lejos de las aulas burocratizadas. Todo con la aquiescencia de una universidad endogámica, de bandos y con más teorías que Pitágoras. No por mí, por mis hijos y los de ustedes. También por los jóvenes preparados que estarán a punto de mandarles a la mierda, como hice yo hace años.