¿Y si fueran los pájaros? Un estudio de Ecological Economics cruzó nivel de vida y encuestas a 26.000 personas de 26 países. Descubrieron que vivir en un entorno de naturaleza y con pájaros era más determinante que el nivel económico para ser feliz. Es la previa a un culebrón político vasco: el Guggenheim de Urdaibai.
Los políticos de allí quieren montar una sucursal del museo en la única reserva de la biosfera del País Vasco, con pasarela y todo. El pitote habla de cómo nos relacionamos con la naturaleza, incluso con la cultura. ¿Y en Teruel?
Lo primero es tranquilizar, en Teruel, por ejemplo, uno de los proyectos museísticos, ampliación del Museo provincial, cumplirá pronto 20 años y ni se ha licitado.
Entre las trabas municipales, los cambios políticos y la falta de dinero e interés sigue “en proyecto” (el último de 2023) una vez que la primera propuesta, de 2007, ya se ha desechado. Así que furor no hay. Por resumirlo, se cierran librerías más que se abren. Aunque nos duela en el corazón.
Mientras los vascos pelean por Urdaibai, su maravillosa reserva de la biosfera, aquí ni sabemos que tenemos una.
El Valle del Cabriel forma parte de ella, un territorio que une a 4 provincias y aquí afecta a 5 municipios.
Teruel recibirá unos 225.000 euros, unos 145.000 directamente los pueblos turolenses y los proyectos deben ser muy secretos, tanto que todavía no conocemos ninguno.
Lo que sí conocemos, por ejemplo, son los proyectos para hacer minas de arcilla. Con 42 explotaciones abiertas (el 95 por ciento de Aragón) y 38 proyectos en estudio.
Hay pueblos como Estercuel, de donde salen 200 camiones al día, y si las peticiones prosperan acabarán rodeados por completo por minas, cinco.
Ni renovables, ni minas, ni museo. Ya me gustaría discutir aquí del impacto de los proyectos en la naturaleza. Ya lo dice el estudio, la felicidad depende de los pájaros.