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El árbol El árbol

El árbol

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Javier Lizaga

En Montalbán como en Vigo, en Navidad, no escatiman. Unos por luces, los otros por falta, la del pino que desentonaba con el espíritu navideño. Hay unos cuantos vecinos que diciembre pasado se juntaron para reclamar. Había tantos médicos de baja que se había cerrado el Centro de Salud de Utrillas y los consultorios que dependían de él.  Lo contaron con concentraciones, marchas y un pino, en el que con sorna, proclamaban “Feliz Sanidad”, decorado con batas y dos o tres pancartas en lugar de espumillón. Previsores, el pino volvió a decorarse este año, ya saben que hay que cumplir con las tradiciones. Aunque ésta ha durado lo que el pino. Un árbol que estaba en el borde de la carretera nacional 211, en una zona ya de travesía. No molestaba a nadie, o sí, porque no han quedado ni los adornos. Aun están esperando que los devuelva el que lo taló de cuajo.

Recuerdo con alegría cuando siendo un mequetefre me llamó el jefe de prensa del mismísimo consejero de Obras Públicas. Me increpó y repitió, insisténtemente, que cómo había podido preguntarle, a su vuesía el consejero, si con una lista de cientos de demandantes se podía calificar de éxito, los 10 pisos de Protección Oficial que venían a cacarear. Me lo tomé como felicitación.

Epoca de felicitaciones, querría felicitar a la gente del Movimiento de Acción Rural, sin pino, pero han conseguido que se les escuche. Rodeados de esa comidilla que no para de darles la razón, la protesta les suena a los políticastros a improperio desagradecido, cuando deberían ser ellos los que dieran las gracias, porque es más bien un aviso, de alguna tropelía.

Algunos ya hemos visto de todo: prohibirnos usar la palabra crisis, propaganda pagada para contar los logros, o ruedas de prensa sin preguntas…y podemos confirmar que es más efectivo, sencillamente, escuchar a los vecinos. Si pasan por Montalban el paseo completo se ha llenado de batas. Ya saben porqué. Como bien saben en las Cuencas, también el carbón es muy navideño. Y en navidad o no, al final, cada uno recibe lo que se merece.