Enseñad a los menores a pedir ayuda
Querido lector: a nuestros menores les cuesta mucho pedir ayuda cuando se encuentran ante situaciones que les desbordan emocionalmente. Por tanto, resulta vital que generemos un clima de confianza que les permita entender que les vamos a proteger y ayudar siempre, de manera incondicional.
Hay algo mucho peor que no haber podido protegerles de una situación devastadora (por ejemplo, que hayan sufrido acaso o que les haya contactado en la red un depredador sexual), y es que ese delito se perpetúe en el tiempo, quizás durante años, porque no se atrevan a exteriorizarlo.
En gran parte de los casos, perversos delincuentes les amenazan, les extorsionan y los atemorizan y, por ello, muchas víctimas están a su merced durante mucho tiempo, sin capacidad de reacción, presas del pánico en sus propios hogares.
Ese fue el caso de Alice (seudónimo) quien, con tan solo 11 años, fue víctima de un pederasta en una plataforma online (Omegle), y estuvo sometida a la voluntad de su agresor durante tres años. Este la había convencido de que ella era cómplice del delito y que, si lo contaba, ambos irían a prisión. Alice nunca contó nada, estaba dispuesta a no revelarlo jamás, pero una operación policial llevada a cabo en el marco de otro caso destapó el suyo. Los investigadores pudieron localizarla, entre todas las víctimas, gracias a un distintivo de su uniforme escolar que apareció en el material incautado al pederasta.
Los menores tienen que entender que no les vamos a juzgar, que no deben sentir vergüenza, pues ellos son sólo víctimas. Y que ceder a la extorsión de estos sujetos solo empeorará la situación. Que los queremos y que les vamos a proteger para que nunca más sufran algo similar.
Y no son casos aislados: 1 de cada 10 adolescentes ha recibido alguna proposición sexual por parte de un adulto (Impacto de la Tecnología en la Adolescencia. Relaciones, Riesgos y Oportunidades, Unicef, 2022).
¡Hasta la próxima columna, querido adulto responsable!