Síguenos
Sentido común Sentido común
banner click 236 banner 236
Camino Ibarz

Con ansia de escuchar soluciones e ideas nuevas para afrontar la despoblación de la España interior me conecté la semana pasada a una mesa redonda online organizada por la Universidad de Comillas que se titulaba La España vaciada: Política y Universidad ante los lugares que no importan. Aunque el título incluía una afirmación ofensiva, lo pasé por alto, y animada por lo mucho que, a priori, podían aportar los participantes Tomas Guitarte, diputado en el Congreso por Teruel Existe, y Andrés Rodríguez-Pose, profesor de Geografía Económica en la London School of Economics, la escuché con atención porque los lugares a los que podría afectar lo que ahí se hablara a mí me importan, y mucho.

Sinceramente, nada nuevo bajo el sol, lugares comunes, y un Guitarte que seguro convenció al auditorio de que cada pueblo importa, y que en el centro de cualquier política deben estar las personas. Fue una conversación clarificadora para un auditorio urbanita. Coincidieron los intervinientes en el problema que supone que se legisle desde la urbe, con mentalidad de ciudad, para todo el territorio, con parámetros que nada tienen que ver con la realidad de las zonas rurales y despobladas.

El sentido común, que según decía mi abuelo “es el menos común de los sentidos”, brilla por su ausencia en muchas de las leyes que nos damos y coincido con los ponentes. Un ejemplo que me viene al pelo es la normativa para moverse con patín eléctrico por Teruel que acaba de entrar en vigor. Obvio que sean obligatorias luces, timbre, casco, chaleco reflectante y tener un seguro, se pueden alcanzar los 50 Km/h y toda precaución es poca. Pero ojo, dice la ley, en cumplimiento de la norma estatal, que los patines no pueden circular por las vías que son del estado, las travesías. En el caso de Teruel capital, la avenida Sagunto, desde Dinópolis hasta el viaducto nuevo. Es absurda la prohibición porque la realidad es que es una vía troncal, absolutamente necesarias en la ciudad y que no tiene sentido que no pueda ser usada para fomentar una movilidad sostenible. Se adoptó la medida de circular a 30 kilómetros hora, lo que convive perfectamente con patines y bicis por esta vía. ¿No se debería hacer excepciones a la norma estatal para poder gestionar la movilidad de manera más operativa en las áreas rurales donde estas travesías están engullidas literalmente en la ciudad y suponen “avenidas o calles” -sin título oficial- fundamentales para la movilidad? El sentido común dice que sí.

El redactor recomienda