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Cuidados Cuidados
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Camino Ibarz

Cuando la salud se despista, se va de paseo, y deja tu cuerpo o el de tus seres queridos un tiempo, aparecen la fragilidad, los miedos, la dependencia… el hospital, y afloran otros conceptos o sentimientos como la humanidad, como capacidad para sentir afecto, comprensión o solidaridad hacia las demás personas; la empatía, la docilidad, los cuidados o la gratitud.

Y también se manifiesta la fantástica sanidad pública que tenemos en este país (pagada con impuestos, por cierto, esa aportación que debemos hacer para garantizarnos el estado de bienestar, y que por supuesto, en mayor cuantía, quienes más tienen). Una sanidad con todos sus profesionales desplegando saber hacer, con una sonrisa, palabras amables, de consuelo, con decisiones certeras, con amor, con determinación y claridad si es necesaria, como lo es en ocasiones, que somos muy insoportables los seres humanos y muy de mirarnos el ombligo.

Escribo estas líneas junto a una cama del hospital de Figueras, con cierta inquietud por cómo evoluciona mi ser querido y, observando toda la actividad que sucede a nuestro alrededor, he necesitado poner en valor nuestra sanidad y los cuidados en general. La importancia de darlos y también, de saber recibirlos. Cuánto amor, dedicación y vocación hay en ellos.

Tengo la gran fortuna de atesorar grandes maestras y maestros en cuidados y, aun pudiendo resultar pedante, creo que no se me dan mal. Además, y por suerte, no hace mucho que también aprendí a pedir ayuda y aceptar los cuidados concretos, y todos aquellos que me llegan cada día, de muchas personas.

Tenemos que reconocer lo esenciales que son, darnos cuenta de cómo pueden cambiar el curso de las cosas, del poder que tienen, agradecerlos, y tener presente siempre que, a pesar de todo, las cosas funcionan gracias a los cuidados. Y me congratulo de que al fin un reconocimiento a los cuidados ha llegado en forma de derecho a prestación por desempleo y asistencial para las empleadas de hogar que ya cotizan por este concepto. Ya era hora, pues son cuidadoras esenciales.