Ya lo he contado otras veces, me fascina el periodismo de conspiración. Me ha ayudado a cuestionar lo que ocurre a mi alrededor, a tener un poco más de criterio, a rascar la superficie y a entender las cosas desde varios puntos de vista.
Pero esta afición hay que manejarla con sumo cuidado. No se trata de creer todo lo que nos cuentan esos "otros medios", sino de a profundizar en los temas que nos interesan o nos tocan de cerca. De este modo, a veces descubriremos que la verdad oficial no se acerca a la realidad, aunque en la mayoría de las ocasiones no encontraremos respuestas absolutas.
Corren tiempos extraños y una ola conspiranoica amenaza con inundarlo todo a través de noticias falsas y de afirmaciones tendenciosas. Aquellos que se erigen portavoces de este movimiento negacionista son médicos, abogados, periodistas que consiguen convencer a una masa incapaz de investigar más allá del video recibido en Whatsapp.
Sin embargo, estas personas no son objetivas en sus razonamientos ya que están influenciadas por su ideología política o religiosa. De este modo, es habitual escuchar afirmaciones que nada tienen que ver con su disciplina, perdiendo toda credibilidad. Se basan en datos y documentos sesgados, y están consiguiendo hacer que una parte importante de la población deje de dar crédito a todo aquello que está demostrado por la inmensa mayoría de la comunidad científica. Y eso nos está poniendo en peligro a todos.
Yo no soy profesional de nada, pero mi experiencia me demuestra que las vacunas han alargado mi esperanza de vida, literalmente. Además, mi sentido común me hace ver que los sanitarios, desde hace cientos de años, llevan mascarilla ante enfermedades infecciosas en sus lugares de trabajo, lo cual me lleva a pensar que esta es efectiva para evitar contagios innecesarios.
Una vez más, les invito a que no confíen en todo lo que reciben en sus redes sociales. Tenemos herramientas suficientes para investigar, leer diferentes versiones y sacar nuestras propias conclusiones. Y sobre todo, confíen un poco más en todos aquellos profesionales serios, rigurosos y objetivos que están trabajando sin descanso para controlar una situación que jamás se había dado antes.