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Elena Gómez
Cuando vamos cumpliendo años y nos convertimos en aquello que deseamos ser, empezamos percatarnos de que nos acompañan, no solo las experiencias vividas y los seres queridos, sino además las personas que marcaron nuestra vida con sus enseñanzas. Con la madurez, los recuerdos comienzan a aflorar y nos damos cuenta de lo importante que fue compartir momentos decisivos con los que ya habían transitado por un recorrido vital importante y tenían tanto que ofrecernos.

Sin embargo, esto tiene también una cara amarga. Los “maestros” van despidiéndose del mundo terrenal y nos quedamos huérfanos de referentes. Llega un día en la vida en el que te miras al espejo y te das cuenta de que tu profesora del colegio o tu primer jefe o tu abuela ya no están, se han ido, aunque dejaron su huella en ti y es el momento de tomar el relevo.

No hay mejor recuerdo que transmitir a los más jóvenes e inexpertos las lecciones que nos dieron, mostrarles el camino igual que un día hicieron con nosotros. Porque, aunque todo está en Google y en los libros, hay cosas que se aprenden cayendo y levantándose, pero si tenemos cerca una mano tendida, no resulta tan complicado.

La melancolía por la pérdida debe dar paso a la certeza de no dejar perder la sabiduría de los que nos precedieron.

De los malos tragos también se aprende. No obstante, el sabor amargo a mí me resulta más fácil de olvidar.

Todos tenemos presente gente que preferiríamos desdeñar por el daño que nos causaron, aunque yo siempre he preferido sacar algo positivo de cada ocasión y sumar el aprendizaje a mi acervo elemental. Incluso ellos nos ofrecieron la oportunidad de conocer nuestros límites, a pesar de que no lamentamos tanto su pérdida. También el dolor es necesario para formar nuestro carácter.

Queden aquí estos pensamientos, que no pretenden nada más que rendir homenaje a todos los que me apoyaron, ayudaron a enseñaron algo valioso. Aunque ya no estén, seguirán vivos en mi memoria y en mi actitud ante la adversidad. Es su legado, ojalá que algún día sea el mío del mismo modo.