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Elena Gómez

Un síntoma de que estamos a la vuelta de la esquina de la Navidad es el afán consumista que se despierta en cada rincón de Occidente. No seré yo, una regaladora compulsiva, quien critique el sistema económico y social que nos ha tocado en suerte, pero debemos aceptar que en estas fechas se nos va un poco la pinza.

Hoy, el viernes posterior a la festividad de Acción de Gracias en EEUU, absolutamente todo se vende barato. Tenemos los emails colapsados con descuentos de todo tipo y, en las zonas comerciales, los escaparates se llenan de carteles con colores vivos y ofertas irresistibles. El Viernes Negro, o Black Friday, ha llegado a nuestras vidas para quedarse con más arraigo que las propias fiestas navideñas.

Es tal la fiebre de la compraventa barata, que incluso en el Parlamento parecen estar de rebajas. Es hora de aprobar los Presupuestos Generales del Estado y es momento de hacer negociaciones para sacar partido de esa hucha que, aunque no lo parezca, también tiene sus límites. Sin embargo, nunca antes los votos se habían vendido de forma tan descarada como ahora, ni este viernes fue tan negro.

El mercado de fariseos en el que se han convertido nuestras Cámaras de representantes, ofrece pactos a un Gobierno que es débil desde sus inicios, a precios que parecen de saldo. Los partidos pequeños están sacando un beneficio insólito a los escaños que consiguieron in extremis, consiguiendo con su venta de votos favorecer políticas marginales que no cuentan con la aprobación de la sociedad española. Así que, no nos engañemos, algunas de esas concesiones nos han de salir a la larga muy caras. Tiempo al tiempo.

Tampoco me voy a poner ahora a diseccionar cada una de las prerrogativas otorgadas, cada cual tenemos nuestro propio criterio y pondríamos el acento en diferentes asuntos. Pero sí les digo que, si en un día como hoy, les gusta comprar productos a precios engañosos, pueden darse un paseo por el Parlamento. Allí se escuchan algaradas de mercadillo.

¡Los traigo baratos, oiga! ¡Que me los quitan de las manos!