Cada vez me gustan menos los grupos y los chats en las redes sociales. En una democracia, la libertad de expresión es innegable y todos tenemos derecho a ejercerla, pero empiezo a cansarme de las opiniones emitidas por todos (yo incluida) sin fundamento o conocimiento del tema en cuestión.
Cuando ocurre algo que nos gusta o con lo que estamos de acuerdo, si lo expresamos, somos acusados de dorar la píldora o de tener un interés oculto en ello. Sin embargo, esto pasa pocas veces. La mayoría del tiempo estamos en desacuerdo con lo que acontece a nuestro alrededor, con las decisiones que toman los responsables de la situación o, simplemente, con que estén esos responsables al frente y no otros.
Con una pantalla delante y a golpe de tecla, nos convertimos en expertos en cualquier tipo de materia. Además, somos maliciosos y tendemos a pensar lo peor. Sé que es parte de nuestra naturaleza, pero deberíamos tomar conciencia de que nuestras capacidades son limitadas y nuestros conocimientos muy mediocres. Y, seamos honestos, si un hecho nos indigna, muy pocos intentamos profundizar en ello antes de emitir una opinión. Nos gusta ser leídos o escuchados, necesitamos que el mundo conozca lo que pensamos en todo momento. No nos paramos a pensar que aquellos que, precisamente por haber sido elegidos para ello o tener los conocimientos necesarios, durante la mayor parte del tiempo, hacen las cosas de buena fe y de la mejor manera posible.
Por otro lado, nos gusta más ladrar que trabajar. En muchas ocasiones he visto cómo esos responsables invitaban a aquellos que protestaban en los foros públicos a tomar las riendas del asunto debatido, y así poner en práctica las propuestas emitidas, no sea que funcionen aunque no tengan fundamento alguno. Por eso, intento no estar en demasiados grupos multitudinarios, y el resto los tengo silenciados. Todos tenemos criterio propio, pero yo intento guardármelo o exponerlo en estas pocas líneas. Y, si algo me interesa de verdad, investigo y, si considero que puedo ser útil, ofrezco mi colaboración.