No hace mucho comenté aquí la frecuencia con que los políticos, turolenses incluidos, utilizan términos y expresiones plenas de vaguedades, muy apropiadas para salir del paso ante cuestiones mil veces planteadas. Es el caso, por ejemplo, del reciente anuncio de ampliación del Fite tras la reunión mantenida por el presidente Sánchez con su homólogo aragonés. Con un incremento hasta los 86 millones de euros al año se consiguen 26 más que los asignados hasta ahora. Ni hay que menospreciar el acuerdo ni tampoco elevarlo a la categoría de gran logro, al fin y al cabo ambas partes, Aragón y Moncloa, ya habían dado por descontado antes de su reunión que se produciría la noticia.
Hasta aquí, todo perfecto, pero luego vienen las dichosas valoraciones, esas que arriman el ascua a la sardina respectiva y que tantos lugares comunes proporcionan a la hora de manifestarse publicamente. Desde el PSOE local se habla de rescate por parte de Madrid y desde el Pignatelli se valora el apoyo, si bien se considera algo corto sobre lo inicialmente planteado, que reclamaba mayor apoyo estatal en inversiones varias. El Fite, como ya se sabe, nace como contrapartida a la exclusión de Teruel del Fondo de Compensación Inteterritorial que va a ser duplicado sin que se haya aplicado la misma medida en el Fite. En la reunión entre Azcón y Sánchez ambos buscaron salvar los muebles para quedar lo mejor posible ante el respectivo público.
Lo mollar de ese encuentro, no obstante, habría sido, se me ocurre, explicar de una vez las razones por las que hay tanta reticencia moncloita a aumentar las dichosas ayudas al funcionamiento, sobre todo después de haber sido puestas en solfa por la aragonesa Pilar Alegría, muy comprometida ella con todo lo de su tierra, con motivo del cupo catalán. En este punto ni siquiera se ofrecieron vaguedades, mutis total. También habría estado de maravilla que se hubiera hablado sobre Educación y Sanidad, las áreas más cuestionadas de la administración, sea cual sea su color. Aquí, vaguedades todas las que se quieran. El problema seguirá, habrá relevo gubernamental y la carencia seguirá.
Y también las vaguedades.
Hasta aquí, todo perfecto, pero luego vienen las dichosas valoraciones, esas que arriman el ascua a la sardina respectiva y que tantos lugares comunes proporcionan a la hora de manifestarse publicamente. Desde el PSOE local se habla de rescate por parte de Madrid y desde el Pignatelli se valora el apoyo, si bien se considera algo corto sobre lo inicialmente planteado, que reclamaba mayor apoyo estatal en inversiones varias. El Fite, como ya se sabe, nace como contrapartida a la exclusión de Teruel del Fondo de Compensación Inteterritorial que va a ser duplicado sin que se haya aplicado la misma medida en el Fite. En la reunión entre Azcón y Sánchez ambos buscaron salvar los muebles para quedar lo mejor posible ante el respectivo público.
Lo mollar de ese encuentro, no obstante, habría sido, se me ocurre, explicar de una vez las razones por las que hay tanta reticencia moncloita a aumentar las dichosas ayudas al funcionamiento, sobre todo después de haber sido puestas en solfa por la aragonesa Pilar Alegría, muy comprometida ella con todo lo de su tierra, con motivo del cupo catalán. En este punto ni siquiera se ofrecieron vaguedades, mutis total. También habría estado de maravilla que se hubiera hablado sobre Educación y Sanidad, las áreas más cuestionadas de la administración, sea cual sea su color. Aquí, vaguedades todas las que se quieran. El problema seguirá, habrá relevo gubernamental y la carencia seguirá.
Y también las vaguedades.