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En la baldosa En la baldosa
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Juanjo Francisco

Con el derrumbe del bloque de viviendas de la calle San Francisco se ha brindado una gran oportunidad de demostrar que los políticos, los administradores públicos, esos que hacen gala de vocación de servicio y de que sus esfuerzos irán, siempre, siempre, a facilitar las condiciones de vida de los ciudadanos, son eficaces.

Con el derrumbe del bloque de viviendas se nos han aparecido de repente -a unos por afección directa y a otros por el imaginario tétrico de ponernos en el lugar de aquellos- los fantasmas de la fragilidad y desamparo súbitos. Porque, en medio de esa placidez primaveral, a unos cuantos conciudadanos que tomaban café junto a nosotros o con los que coincidíamos en el supermercado, se les ha venido la desgracia encima. Y suerte que pueden contarlo.

Mientras la administración pública junto a iniciativas privadas intentan mejorar poco a poco la condición vital de todos los que han perdido su casa, se suceden las hipótesis, aparecen las opiniones de cajón y las críticas al tuntún. Que hay algunos que opinan como quien se come un bocadillo, algo rutinario. Mientras intento disimular la envidia que me despiertan esos opinadores tan preparados y tan dispuestos a soltarla a poco que haya ocasión, quiero destacar aquí, en tanto espero que un informe me diga qué diablos ha pasado para que se cayera un bloque de pisos, y quién es el responsable último, un hecho cuando menos curioso. En el vídeo en el que la alcaldesa de Teruel afronta las quejas de los afectados por el derrumbe, con ira contenida y plausible, hay un hombre situado a metro y medio de la espalda de Emma Buj. Es Juan Carlos Cruzado, concejal de Urbanismo y objeto ya en aquel momento de acusaciones directas. Cruzado no se mueve ni un pelo de la baldosa que ocupa mientras Buj afronta el chorreo en soledad. La sensación física que producen esas imágenes es cuando menos hiriente. No sé si esto es opinión fundada o no, pero tengo que recordar aquello de que la mujer del César además de serlo tiene que parecerlo. Y lo mismo me vale para un concejal plenipotenciario.