Síguenos
El bucle melancólico El bucle melancólico
El expresidente de Aragón Javier Lambán (izda.), acompañado por el escritor Manuel Vilas, presentó su libro de memorias 'Una emoción política', el 22 de mayo en Madrid. EFE/ Juanjo Martín

El bucle melancólico

banner click 236 banner 236
Juanjo Francisco
Estos días se está cerrando el calendario de presentaciones del libro de Javier Lambán, el último presidente socialista del Gobierno de Aragón y actual secretario general del partido en la comunidad. En esas presentaciones, por asistentes y valoraciones públicas, se está poniendo de manifiesto que el tiempo de la política es tan inexorable como en tantas otras facetas de la vida. Por cuestiones generacionales, aunque no lo tengo claro del todo, mi forma de entender la política, en este caso la socialista, se ha quedado obsoleta, en el pasado, como muy bien le gusta decir ahora a la ministra plenipotenciaria de Sánchez, Teresa Ribera. El libro de Lambán, Una emoción política, ha sido uno de los varios aldabonazos escuchados estos días y que a uno le han recordado que ya nada es igual en el ámbito del socialismo aragonés y, por extensión, en el turolense y nacional.

Pasando de refilón por las últimas boutades del presidente Sánchez y adláteres, suficientemente comentadas por todos aquellos que las desechan, sí quiero atender a la curiosa vida y trayectoria que afrontan los segundos y terceros escalones del partido que todavía lidera Lambán. En Teruel, y por derivación en Aragón, los socialistas se debaten entre arrancarse ese estigma de rebeldía ante el aparato que ha propugnado el secretario general, tanto en su actitud en el Senado como en sus planteamientos teóricos contra Moncloa, y el seguidismo a los postulados del líder omnipresente, adoptando sus argumentarios, a veces contradictorios con lo que hasta hace poco se propugnaba desde aquí. Hasta hace nada se le reprochaba a Azcón que hiciese política territorial y se dejara de claves nacionales y, curiosamente ahora, desde el PSOE se machaca una y otra vez con postulados muy anclados en el discurso nacional del PSOE que ataca, siempre con adjetivos gruesos y rescatados de la década de los 30 del siglo pasado.

Qué ganas de que pase el 9J para ver si se abren o no caminos de gestión y réplica o vamos a seguir con los machaques acusadores, cual bucle melancólico.