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'Coletillas' 'Coletillas'
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Juanjo Francisco
La tragedia de Valencia sigue deparando noticias estremecedoras por si fuera poco lo que allí se vivió hace pocos menos de un mes. A las vidas perdidas hay que sumar la de un operario al que se le vino encima la estructura de un pabellón afectado en el que estaba trabajando para reparar daños. Todavía quedan por encontrar desaparecidos y las calles de los municipios anegados van recuperando, poco a poco, su fisonomía.

No obstante, ahora ya solo priman las consecuencias políticas de todo lo que allí sucedió. Se ha desatado la caza de responsables y todos los días hay nuevas informaciones al respecto, en un vaivén imparable. Los unos contra los otros, sin cuartel, arrimando cada uno el ascua a su sardina. Y los medios de comunicación completamente enfangados en esas batallas de parte sin apenas análisis fríos y distantes. Todos dan información, claro que sí, pero todos incluyen las dichosas coletillas valorativas que pretenden completar los datos. Todo sea por la causa. Aquí todo dios hace política bajo el paraguas de su verdad para ganar voluntades. Los medios más inmediatos, radio y televisión, hace ya mucho tiempo que dejaron atrás la información pura y dura para optar por los datos valorados. Estamos hartos desde que el mundo es mundo de escuchar a políticos de una parte cargar contra los contrarios que acusan a alguno de los suyos de corrupción o mangoneo, ¿a que sí?.

Bueno, pues ahora se ha puesto de moda según la empresa informativa que trate el asunto añadir que “acusó a fulanito sin aportar pruebas”; ¡pero bueno, si llevamos 40 años oyendo que uno acusa a otro y jamás se había incidido en lo de las pruebas!

El ataque al contrario es de tal desmesura que también salpica ya al propio gremio profesional y como el medio es el mensaje, que dijo aquel, pues hasta la polémica entre El Hormiguero y La Revuelta se ha teñido de color político. Es ciertamente cansino este asunto porque hasta el divertimento de cada cual es objeto de consideración política. Déjennos en paz que muchos no necesitamos que nos orienten sobre gustos televisivos.