Desde que el notario de Valdealgorfa Carlos Estevan descubriera en 1913 las pinturas de arte rupestre levantino de Val del Charco del agua amarga de Alcañiz nadie más, hasta ahora, se había topado con ningún otro vestigio prehistórico pintado en la roca en Alcañiz. Han tenido que pasar 103 años desde que Estevan se topara con esos frisos con más de 150 figuras pintadas hace más de 7.000 años, para que otro hombre curioso, Jesús Carlos Villanueva, descubriera tres abrigos de pinturas rupestres en este término municipal, dos de ellos de arte levantino y uno de arte esquemático. Los paneles esquemáticos son, además, toda una novedad para la investigación prehistórica bajoaragonesa, pues se trata del primer hallazgo de este tipo de pintura (más tardía en el tiempo) en el Bajo Aragón.
En este último siglo se han documentado cubetas, balsas, cruces y grabados prehistóricos, pero nadie había hallado pinturas rupestres en Alcañiz desde 1913. "Puede resultar curioso, pero no es extraño, porque es complicado encontrar pinturas realizadas hace 7.000 u 8.000 años por el hombre prehistórico. Sobre todo, por el deterioro que pueden haber sufrido con el paso del tiempo, porque para conservarse deben estar en condiciones especiales", explicó el arqueólogo bajoaragonés y gerente del Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón, José Antonio Benavente.
[caption id="attachment_81065" align="aligncenter" width="660"] Las Gascas, detalle Cierva[/caption]Villanueva y Benavente son miembros del Taller de Arqueología de Alcañiz. Ambos iniciaron el año pasado un proyecto de investigación amparado por el departamento de Patrimonio de Aragón con el que buscaban documentar todo tipo de vestigios humanos de la Prehistoria bajoaragonesa. En esa búsqueda fue cuando Jesús Carlos Villanueva se topó con los tres abrigos que el Gobierno de Aragón se ha apresurado a declarar Bien de Interés Cultural (BIC).
Los tres se ubican en la Val de Maella, en un tramo en el que Villanueva buscaba porque sabía que antaño hubo corrientes de agua en superficie. Si hay agua, hay actividad humana. Eligiendo el emplazamiento y observando el entorno fue como localizó el primero de los tres abrigos, en mayo de 2016: Mas del Obispo. Allí encontró unos paneles con figuras pintadas en rojo en donde se distinguen motivos de estilo esquemático que representan zoomorfos y antropomorfos, y junto a éstos trazos, retículas barras y otras manchas que ahora analizan mediante tecnología digital avanzada expertos del departamento de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza.
[caption id="attachment_80083" align="aligncenter" width="660"] Mas del obispo. Tratamiento digital de las pinturas esquemáticas[/caption]Semanas después, Villanueva encontró los otros dos abrigos. En el friso de Corral de las Gascas aparecen al menos siete figuras humanas rodeando una cierva que permanece en posición estática. Con una conservación que ha sido calificada como "bastante buena" por el Gobierno de Aragón, lo que más ha llamado la atención a los estudiosos es la posición relajada en la que aparece una de estas figuras humanas, que está sentada y "como observando la escena", señaló el investigador y colaborador senior del área de Prehistoria del departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad, Manuel Bea. En cuanto al Barranco del Muerto, lo más llamativo es el dibujo de una figura humana de 80 centímetros de altura.
Todo indica que la investigación deparará más novedades, en opinión de Bea. El experto cree que los tres abrigos y su proximidad entre sí y con el Abrigo de Val del Charco avalan la teoría de que el arte rupestre levantino constituyó un sistema de comunicación o de señales entre los hombres de la Antigüedad. Con él habrían marcado rutas, zonas de caza o aportaban otras informaciones.
Benavente, Villanueva, Bea y la catedrática de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza Pilar Utrilla están preparando un artículo para hacer público el descubrimiento en revistas especializadas extranjeras.
Las obras de protección del abrigo de Mas del Obispo ya han sido adjudicadas a Prames y comenzarán "en días", explicó Benavente. El proyecto para los otros dos abrigos está en redacción.
Los investigadores bajoaragoneses quieren la máxima seguridad para los abrigos. Ya han alertado del peligro que representa la escalada en bloque, conocida como boulder, y que se ha puesto de moda en Alcañiz por el tipo de roca que hay en el término municipal. Benavente advirtió de que este deporte puede destruir estratos o pinturas, “porque los escaladores pican la roca, remueven la tierra y construyen muretes para colocar las colchonetas que llevan” por si caen. “No nos oponemos a que este deporte se practique, pero hemos hablado con el Gobierno de Aragón para que regule al menos los espacios donde se practica, porque es posible compatibilizar lo uno con lo otro”, apuntó.