El frío del invierno no puede ser excusa para enclaustrarse en casa y abandonarse al sofá. Así lo entiende la revista VerdeTeruel, que tiene ya en los kioskos el número 38 de la publicación cuatrimestral con una importante batería de propuestas de turismo activo, senderismo, patrimonio natural y cultural, deporte y gastronomía para no aburrirse hasta la primavera sin salir de la provincia.
La preciosa localidad de Villarroya de los Pinares, en Gúdar-Javalambre; un monográfico sobre los zaumaus, los carboneros de Formiche Alto; la ermita de la Virgen del Loreto en Cella; el embalse de la Cueva Foradada de Oliete; los Estrets de Ráfales; el Moricacho y la Gorreta en la Sierra de Albarracín; o un viaje en el tiempo hasta el invierno de 1937-38, en el que más de 15.000 personas murieron durante la campaña de Teruel en la guerra civil española, son algunos de los temas que lleva en su sumario la publicación que dirige José Ignacio Perruca y publica Dobleuve Comunicación.
A pesar de lo riguroso de los inviernos en plena Sierra de Gúdar, los 1.337 metros de altitud y la humedad del curso alto del Guadalope, VerdeTeruel propone una excursión a Villarroya de los Pinares, lugar de frontera durante la reconquista y declarada Conjunto Histórico-Artístico. Con un generoso despliegue fotográfico, el reportaje propone un paseo por su casco urbano, donde destaca El Torreón defensivo del XVI, mismo siglo que la Casa Consistorial, las casas palaciegas del XVII o la Iglesia de la Asunción, que mezcla el gótico con su cabecera renacentista, así como su Centro de Interpretación de la Orden del Hospital que se encuentra en la antigua cárcel del XVI, las dos ermitas de las que puede disfrutarse, o el denominado Camino de los Pilones, un tramo de un antiguo Camino Real que une Linares con Allepuz con sus característicos pilones de piedra.
La revista turolense también dedica un artículo al antiguo oficio de los carboneros en Formiche Alto, donde la Asociación Cultural Cabezo Alto lo revivió con la construcción de una carbonera con la ayuda de antiguos oficiales. VerdeTeruel acompaña el artículo con un repaso histórico de lo que ha significado el carbon para la zona, y de un buen número de anécdotas en boca de los últimos trabajadores que se dedicaron a transformar la madera en carbón en Formiche Alto.
La ermita del Loreto en Cella también es objeto de un exhaustivo análisis histórico y artístico, y en el capítulo de deporte-aventura se repasa parte del proyecto 100 Puntas Inaccesibles de Teruel, realizado por los turolense Javier Magallón y Luis Torrijo. En este número 38 la revista se detiene en la escalada del puro del Moricacho, en Calomarde, y la piedra de la Gorreta en El Villarejo.
La gastronomía también tiene su acomodo en el número invernal de la revista, con un repaso a lo que ofrece Los Maños, el restaurante situado en la Venta del Aire (Albentosa), con delicias como la ensalada de boletus con langostinos, el pulpo a la brasa o la olla de pueblo especial.
Además la revista propone una ruta histórico-turística a través de Teruel para conocer lo que dio de sí la confrontación civil española de 1936 durante el trágico invierno de 1937-38, y que tiene puntos de interés como las antiguas instalaciones del aeródromo de Calamocha, Villalba Baja, La Muela, Caudé o los valles del Jiloca y del Alfambra. Unos escenarios que llegaron a estar a casi -20 grados en medio de una batalla inhumana, lo que le valió a Teruel el apelativo del Polo Norte español entre numerosos brigadistas llegados de Europa y EEUU para defender la democracia.
Además, y entre otros contenidos, VerdeTeruel realiza una sugerente crítica de lo expuesto en el pequeño Museo Monleón-Giménez, en Valbona, que expone una muestra sobre el puerto de la isla de Ellis, en Nueva York, por el que miles de emigrantes entraron en Estados Unidos para abrazar el sueño americano del primer cuarto del siglo, entre ellos el turolense Estanislao Monleón Fuertes, nacido en La Puebla de Valverde en 1863 y que dejó abundante material sobre el gran viaje que emprendió en 1920 en compañía de otros seis vecinos de Valbona, de entre 18 y 51 años.
Autor:Miguel Ángel Artigas Gracia Teruel