Alrededor de sesenta personas se dieron cita el pasado fin de semana para recorrer el conocido como "Camino de los Pilones o de Jaime I" entre las localidades de Allepuz y Villarroya de los Pinares.
La iniciativa de esta jornada partió de colectivos y asociaciones de Allepuz, Villarroya y Fortanete en colaboración con la Comarca del Maestrazgo y los Ayuntamientos por los que pasa el camino. El objetivo era llamar la atención sobre este curioso camino y que sirviese como punto de encuentro para plantear acciones de dinamización cultural y turística en torno a él.
La jornada comenzó en Allepuz, donde los participantes se dieron cita para empezar el camino de los Pilones, que parte de lo alto del pueblo, empezando los pilones a partir del Peirón de San Cristobal.
El camino tiene aproximadamente 6 kilómetros y está jalonado por más de un centenar de pilones de alrededor de 2,5 metros de altura, y un diámetro de 0,65 metros.
Colocación
Están colocados a una distancia de aproximadamente 30 – 50 metros y servían para guiar a los caminantes por este camino de herradura, ya que al discurrir por altas lomas se llegan a superar los 1500 metros, sin apenas vegetación, y con las ventiscas, que antiguamente eran frecuentes, era muy fácil perderse o caer por algún cortado.
La jornada fue bastante desapacible y los caminantes sufrieron las inclemencias del tiempo, con agua y viento durante casi todo el camino.
Esto no impidió que disfrutasen del mismo, además se realizaron diversas paradas para llamar la atención sobre curiosidades de los pilones, de la historia del territorio, del paisaje y del entorno humanizado.
Alrededor de las 12:30 llegaron a Villarroya donde pudieron descansar, y donde comieron todos juntos en el Teleclub. A las 16 horas tuvo lugar una interesante charla a cargo del historiador José Ramón Sanchís, que fue quien elaboró el informe para que este camino se declarase Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico en el Decreto 69/2008, de 15 de abril, publicado en el BOA nº 47 de 25 de abril de 2008.
Tramo conservado
No es el tramo de Allepuz a Villarroya el único que conserva pilones. También en los términos de Corbalán, El Pobo, Cantavieja y La Iglesuela del Cid conservan algunos en lo que parece formar parte de un mismo camino que unía Teruel con el límite provincial con Castellón y que presumiblemente llegaba hasta Morella.
Según Sanchís, este camino fue probablemente el que utilizó el rey Jaime I en dos ocasiones para desplazarse desde Teruel a Morella y Peñíscola, tal como se narra en el Llibre dels Feyts.
Edad Moderna
Posteriormente, durante la Edad Moderna, fue protagonista como camino de vital importancia para sacar la producción lanera de estos pueblos, con una importante industria textil, hacia el levante, desde donde se exportaba a Francia, Italia, Países Bajos e Inglaterra.
Aunque el camino era una importante vía de comunicación desde antiguo, Sanchís comentó en su intervención que los pilones no fueron construidos seguramente hasta el siglo XVIII.
Legislación castellana
En la legislación castellana se encuentran referencias anteriores a caminos con pilones ya en tiempos de Felipe II pero no fue hasta los Decretos de Nueva Planta cuando ésta pasa a estar vigente en todos los territorios peninsulares, contemplándose su construcción para que se distingan en época de nieves: "Ordenamos y mandamos, que los del nuestro Consejo provean y den orden como se pongan pilares en los puertos para señalar los caminos, por los peligros que en tiempos de nieves incurren los que caminan por ellos, por no estar señalados" (ley 58, tit. 4, lib. 2, R, de la Novísima recopilación de las leyes de España, Madrid, 1805, Tomo III, Libro VII, Título XXXV, p. 677).
A la jornada lúdicoreivindicativa del pasado fin de semana acudieron vecinos de las localidades de Corbalán y El Pobo, donde también se conservan tramos de pilones.
Voluntad
La voluntad de todos ahora es emprender acciones de colaboración entre todas las localidades, cartografiar todo el camino original desde la ciudad de Teruel hasta el límite provincial, localizar todos los pilones, y emprender acciones para su protección y puesta en valor de manera conjunta, así como actividades culturales y turísticas que pueden ayudar a revitalizar la comarca.
Todos los asistentes mostraron la voluntad de volverse a encontrar para recorrer otros tramos del camino y continuar conociéndolo.
Autor:Cristina Mallén / Cantavieja